¡Cómo somos!

Hemos necesitado vivir la tragedia de los maremotos del Sudeste Asiático para movernos a participar en la ayuda a las víctimas.

Todos los días se producen en el mundo miles de muertos de hambre y parece que su tragedia solo es cosa de las organizaciones humanitarias especializadas.

Quizás haya que organizar viajes de vacaciones a las zonas endémicamente afectadas por la hambruna para que los del primer mundo participemos también en mitigar su problema.