Friday, October 22, 2010

PNV: Deus ex machina

En un contexto del Oeste diríamos que a José Luis Rodríguez Zapatero le ha salvado en el último minuto el Séptimo de Caballería. Le ha salvado la aprobación de los Presupuestos y la estabilidad parlamentaria hasta el final de la legislatura.

En el contexto en el que nos hallamos, hablaremos de que Zapatero ha estado buscando desesperadamente un deus ex machina como agua de mayo para tratar de paliar el tsunami que le atenaza. Estaba con el agua al cuello y le ha dado la llave del grifo al PNV. Porque la cadena del tapón ha desaparecido y el rebosadero está atrancado.

No puede culparse a nadie porque busque un clavo ardiendo aunque sea, para salvar su pellejo, pero esa salvación de hoy es la más volátil. Lo que no está muy claro es para qué se empeña ZP en alargar esa agonía que hasta provoca abucheos callejeros aún en momentos elípticamente de recogimiento y evocación patriótica.

Como dice Zapatero, las legislaturas son de cuatro años, en efecto. Pero la democracia establece mecanismos para reconducir legislaturas desnortadas como la actual. Aunque la Constitución no pudo imaginar que grupos parlamentarios se vendieran por un plato de lentejas, más aún si tales lentejas estaban ya comprometidas en el Estatuto de Guernica. Vaya chalaneo el que organizan los representantes políticos; del todo vergonzoso, porque una cosa es la negociación y la otra es pagar por el soporte al ejecutivo, por la vía parlamentaria.

Pero volvamos al recóndito ¿tenebroso? interés de Zapatero por mantenerse al precio que sea, vergonzoso precio por demás, en la presidencia del gobierno. No puede ser tan solo una cuestión de petulancia o envanecimiento severo pues a estas alturas de partido ha de saber que es el más nefasto gobernante que ha tenido este país desde la vuelta a la democracia.

Negó la crisis hasta la saciedad. Despilfarró el dinero de los contribuyentes a fin de parecer socialista. No contribuyó ni tanto así en facilitar financiación a los auténticos generadores de empleo: los empresarios. Y particularmente, los pequeños y medianos. Arrebató luego de un plumazo las dádivas socialistoides y untos sinsentido que había prodigado para endulzar lo inendulzable de la crisis y arribar adhesiones sindicales. Hasta se ha inmiscuido en las pensiones, coto cerrado, hasta su penetración no consentida, del Pacto de Toledo. Ha bajado el sueldo a los funcionarios y habrá de verse con ellos en el juzgado, pues también los jueces y fiscales son funcionarios a los que ha recortado sus emolumentos por la vía ilegal de capar su sueldo base. Ya le están esperando al otro lado del mostrador.

Y todo se le ha ido al traste. Campeón mundial del desempleo, sin horizonte de esperanza a la vista y sigue empecinado en agotar la legislatura. Y aquí no se mueve nadie para tratar de adecuar una ley electoral a lo que en verdad necesita este país: tener democracia plena.

El día que esto suceda, será imposible que un gobernante busque su deus ex machina porque la Constitución dispondrá una medida automática de convocatoria de nuevas elecciones. Se habrá acabado la compra de lealtades.

Los ciudadanos no merecen vivir estas situaciones de regateo trapichero para que nadie siga aferrado a la poltrona. Es incierto que la ciudadanía merezca el gobierno o los políticos que tiene. Para eso hay elecciones a cada tanto y es inmoral que Zapatero en este caso, siga al frente de esta ruina de país que está propiciando con su ineptitud. Aunque eso sí, es del todo legal; lo que no significa que sea legítimo en stricto sensu.

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