Tuesday, March 27, 2007

La negociación es necesaria



Desde el S. XVII que Irlanda se lleva mal con Inglaterra y por extensión con Gran Bretaña. El conflicto de Irlanda del Norte a teñido de sangre su historia de los últimos cuatrocientos años, en los que ha habido todo tipo de actos violentos que hemos calificado de terrorismo recientemente. Acompañado también de huelgas de hambre de miembros del IRA encarcelados y que acabaron con la vida de una decena de ellos, pues Margaret Thatcher no se dejó amilanar; fue una auténtica dama de hierro, sin justificar su actuación, tan sólo haciendo mención a la historia de los acontecimientos.

En poco o nada se parece el conflicto del IRA con el de ETA, pues todos los conflictos son distintos. Únicamente se asemejan en el rastro de la sangre que dejan los inocentes asesinados por sus militantes. Pero es claro que el final de todos ellos ha de tener un importante componente negociador, pues si bien los componentes de las bandas pueden ser identificados y perseguidos policialmente y, de ser detenidos, aplicárseles la ley, no es menos cierto que ese conflicto lleva aparejado un importante componente social que invita a jóvenes ciudadanos a sumarse al movimiento “libertador” que tiene su principal norma de actuación en la violencia que aplican a los inocentes, así sea población civil, policial, paramilitar o cualquier otra categoría humana que se encuentre a tiro de pistola en la nuca o en la onda expansiva de sus bombas.

Pero la solución de tales conflictos pasa necesariamente por la negociación que es la única forma de acabar con el banderín de enganche que supone para esos jóvenes “libertarios” la aventura política de la participación activa en un movimiento revolucionario que tiene todos los componentes de los videojuegos, pero en la vida real. Cuando la jefatura del ejército revolucionario y terrorista certifica en una comparecencia pública de aire político que se ha terminado el conflicto, con la entrega previa de las armas y la posterior formación de un gobierno compartido entre los adversarios, cual ha sido el caso del conflicto Irlandés, aquellos jóvenes no tienen ya dónde engancharse para dar rienda suelta a sus jóvenes ansias de libertad y todo el terrorismo que ello comporta y que produce un subidón mucho más real que aspirar pegamento dentro de una bolsa.

Así pues, se equivocan de medio a medio quienes afirman que la única forma de acabar con ETA es únicamente por la vía policial y la aplicación de la ley, pues deja abierto, incluso amplía el camino de acceso a la banda de esa juventud necesitada de fuertes emociones y no sé si también preñada de fuertes convicciones, pero que la atracción que supone unirse a la banda terrorista es más fuerte que seguir el camino de la vida social y hacerse una persona de provecho; obtener una calificación académica, acceder a un puesto mileurista de trabajo con un contrato basura y seguir en casa de los padres porque sus mediocres vidas no dan más de sí.

Acabamos de asistir al fin político del conflicto de varios siglos en Irlanda y ha habido medidas policiales, aplicación de la ley, pero sobre todo y por encima de ello, negociación y más negociación y negociación hasta al fin haber visto sentados a una mesa, hábilmente situados en el mismo rincón para evitar el frente a frente ni de lado para impedir la imagen de estar juntos en esto, de los irreconciliables Gerry Adams y Ian Paisley, hablando del momento histórico en el que han escenificado el fin político del conflicto y el inicio de la nueva era de cooperación.

Que así sea y todos tomen buena nota.

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