Wednesday, February 07, 2007

¿Politización de la justicia? Y Montilla qué

¿Pero quién se sorprende ahora? ¿Los propios políticos? ¿Son ellos los que se quejan? Qué vergüenza no hay que tener para, habiendo establecido los propios políticos que el Tribunal Constitucional tendrá una parte de sus miembros elegida por el gobierno, se quejen ahora de que los políticos tergiversen la norma y arrimen el ascua a su sardina.

Dice la prensa de hoy “El Tribunal Constitucional decidió anoche aceptar la recusación del magistrado Pablo Pérez Tremps, quien ya no podrá ocuparse de los recursos contra el Estatut”. El PP se ha salido, de momento con la suya. Pero si el magistrado en cuestión dimite del TC, el gobierno pone a otro de su cuerda y seguimos para bingo. Entonces el PP dirá que se trata de un caso de instrumentalización partidista del derecho.

Qué bochorno entre todos. Si el Estatut tiene aspectos inconstitucionales que tenerlos los tiene y si los magistrados del TC son como hay que ser, deberán salir esos aspectos. Y no es así que se pronuncien entonces en el sentido de que el Estatut de Catalunya es plenamente constitucional. Pero si resulta que el magistrado ahora vetado para dirimir esta cuestión, es de la opinión de que no hay inconstitucionalidad, pues que se pongan de acuerdo entre los magistrados que son profesionales del derecho o que vuelvan a repetir curso por majaderos.

Y Montilla qué. Eso digo yo, qué. ¿A él no le parece que la justicia se politice? Veamos. Resulta que la Ley de Dependencia ha sido calificada por el Consell Consultiu (una paralela del TC a nivel catalán) de inconstitucional en un 90% porque supone una injerencia en la soberanía que el Estatut confiere a Catalunya.

Pues todo y con eso, Montilla decide que no recurre la ley ante el Tribunal Supremo con la mezquina excusa de que así también los catalanes recibirán las ayudas económicas del gobierno de España.

¿Pero se puede ser más incongruente? ¿Se interfiere o no la ley en las competencias de la Generalitat? Pues si lo hace, no hay que venderse por un plato de lentejas que es lo que está haciendo el Govern de la Entesa (alias tripartito) de nuestros pecados. Pues si Montilla cree que no le van a contar las ayudas de esa ley en el cómputo total de la financiación a Catalunya, está aviado.

En el fondo, a Montilla le preocupa que su jefe, ZP, le afee su conducta si recurre la ley, pues es la única, como quien dice que ha consensuado con el PP. Y es la niña de los ojos de ZP.

Más aún; el decreto de la hora más de castellano sí va a recurrirse. Luego de dejar decir al consejero de educación, el hermanísimo Ernest Maragall: que bueno; que vale; que ya veremos pero que no es grave, pues en realidad a lo que vamos en Catalunya –la tendencia, como se dice ahora– es a alumnos trilingües, a saber: catalán, castellano e inglés. Patético.

Pero ahí los tiene Montilla a todos los del Govern de la Entesa. Me quito el sombrero. Al que no le guste que se vaya, dice Y todos ahí más callados que nunca, sobre todo el Carod-Rovira que ya sabe lo que es comer caliente y volver a la cueva a comer carroña, de la que nunca debió salir; carroña catalana, eso sí.

El único que habla aunque no sabe lo que dice es Saura, el consejero de Interior, Relaciones Institucionales y Participación, pues como vive en pecado con la bocafloja de Imma Mayol, teniente de alcalde del ayuntamiento de Barcelona y que afirma ser antisistema –pero con coche oficial y sueldo de ministro– el hombre de la casa –ella dice que es muy femenino– también se quiere significar y dice ser partidario de legalizar todas las drogas, para así acabar con el problema. Me pregunto a qué su empeño por demostrar que no tiene ni el certificado de estudios primarios.

Tal parece que nuestros políticos han dejado de tomarse su medicación.

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