Monday, June 27, 2005

Inconstitucionalidad del Estatut

Esto es ya el colmo. El propio Institut d’Estudis Autonòmics (IEA) dice que una gran parte de la primera lectura del Estatut es inconstitucional. Esto pasa por meterse los políticos en la redacción y no los expertos en derecho constitucional, con las consignas a que haya lugar.

Están los partidos de nuestro arco parlamentario enfrascados en la redacción de un, a todas luces innecesario, Estatut, como si hubiera un clamor popular que lo reclama con urgencia. Las estadísticas son claras: un amplio espectro de la sociedad civil catalana considera a Cataluña una región española. Últimamente, el 10 % de la población catalana la componen inmigrantes de patera y del altiplano; ¿quieren ellos también un nuevo Estatut? Ni en sueños podría creerlo.

Se preguntan nuestros “accedidos” a la universidad por qué el examen de castellano fue tan absurdamente sencillo y el de catalán tan complicado. Me respondo que para demostrar que todos los universitarios dominan el idioma de Cervantes y, por el contrario, el catalán necesita aún mucha dedicación docente y discente.

Lo que es manifiesto es la manipulación de la opinión general por parte de la sociedad política dirigente. Ellos han emprendido un camino y se fabrican el respaldo popular necesario. No están respondiendo a la voluntad de una buena parte del electorado que los “escañó” -paralelo de entronizó- y están haciendo de todo menos mandar que es lo que deben hacer los que gobiernan sin complejos. Las decisiones no pueden ser nunca al gusto de todos y el bien común ha de prevalecer. Nadie quiere las prisiones en su entorno residencial ni los vertederos ni las líneas de alta tensión ni nada que pueda modificar su estado privado de bienestar, aunque exige que le lleguen todos los servicios que tales rechazos reportan a la sociedad en su conjunto. Ni tampoco muchos, pero muchos, quieren la independencia de Cataluña de España. Pero ellos dan por sentado que todos la quieren.

Hay que salir de Cataluña y darse una vuelta por las calles del resto de España; los catalanes somos cada vez más repelidos, por no decir despreciados, por el resto de españoles, por “insolidarios” y “separatistas”. En nada contribuyen al buen entendimiento de los catalanes con el resto de España, las monsergas de nuestros políticos. Carod-Rovira es constante motivo de mofa; le ha demostrado a toda España que no sabe lo que es ser un político de gran visibilidad y destila falta de visión, talento, cintura, competencia, habilidad, experiencia, etc., sin que esta relación de desvirtudes sea enumerativa o exhaustiva, sino simplemente enunciativa, como dicen los notarios.

Una cosa es amar a tu patria chica y otra muy distinta ser nacionalista, como utilizan el término los políticos, con todo su significado oficial. No es lo mismo decir de Cataluña que es una nación que otra cosa, mucho más sutil, que el término nación referido a Cataluña, se contenga en la Constitución o, incluso, en el Estatut. Nuestros políticos nacionalistas juegan constantemente con estos elementos y los sentimientos de todos los catalanes.

Es como aquella película española de la posguerra que llevaba a una amplia sección de los “Coros y Danzas” a hacer una gira por Alemania, para regocijo de nuestros emigrantes y un grupo de ellos quería abuchear la función como embajadora franquista, pero ninguno de ellos consentía que fuera durante la representación del folklore de su tierra, con lo que, al final, no abuchean la representación del Movimiento Nacional. Así juegan los partidos nacionalistas con nuestros sentimientos y, mientras, desgobiernan.

Otro dato.- En Zaragoza, al otro lado de la autopista y antes de llegar a San Gregorio, el gobierno autónomo está promoviendo miles de viviendas (primeras viviendas) para jóvenes, con ingresos de entre 12 y 30.000 euros anuales, sin otras propiedades inmobiliarias, etc. Se trata de pisos de unos 70 metros cuadrados de promedio, con grandes avances en cuanto a conservación y utilización de energía para reducir costes de calefacción y agua sanitaria caliente. Los jóvenes se apuntan en una lista (toc-toc) y cuando se les concede la vivienda dan una entrada de 12.000 euros y, una vez ocupada, pagan 350 euros al mes y a los quince años, acceden a la plena propiedad de la vivienda sin otros pagos adicionales. No pueden arrendarla a terceros o enajenarla. Así que por unos 15 millones de las antiguas pesetas, los jóvenes acceden a una vivienda más que digna.

La pregunta es: ¿Por qué el Gobierno de Aragón puede hacer una promoción real de viviendas para jóvenes y la Generalitat no?

La respuesta es obvia: ¡Capacidad de gestión! En el mejor de los casos, claro. La capacidad de gestión es lo que distingue a nuestros grandes almacenes por excelencia, los del triángulo verde -icono español más conocido en el mundo- con el resto; hasta los venidos de América. Con los mismos locales, el mismo personal, el mismo producto a mayor precio y el mismo público objetivo, uno triunfa donde el otro ha fracasado. Saber hacer bien las cosas, eso es la capacidad gerencial o de gestión.

Pero es que a algunos catalanes les hacen creer que esos pisos para jóvenes, los hacen en otras autonomías con nuestro dinero ¡el déficit fiscal!

Cuando los gobernantes son unos incompetentes, se dedican a generar situaciones que remuevan las conciencias de los ciudadanos -léase redacción de un nuevo Estatut- en lugar de mandar. Fíjese que ellos siempre hablan de gobernar, pero olvidan que una parte importante de gobernar es también mandar, no hacer consultas populares para decidir una cuestión estratégica como por dónde ha de pasar una línea de alta tensión que ha de alimentar un tren de alta velocidad que, a este paso, no va a llegar nunca a Barcelona por la incapacidad de nuestros gobernantes para tomar decisiones.

Y mientras, cada partido de los del tripartito, alimentando lo que creen que su particular electorado demanda, aún a costa de la pública desavenencia del gobierno catalán. ¿Quién me representa a mí en el Parlament? Ninguno de ellos, desde luego.

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