Wednesday, August 16, 2006

La inmigración imposible

En los últimos meses, han arribado en cayucos a Canarias más de 20.000 inmigrantes cuya mayoría ha sido trasladada sigilosamente por las autoridades españolas a distintos puntos de la península.

A diferencia de cómo tratan este asunto en otras naciones receptoras de inmigración ilegal masiva, como EE.UU. el gobierno español ha decidido una política de control de la inmigración que, por lo que hace referencia a Canarias, las patrullas de Salvamento Marítimo y Guardia Civil, salen a la mar, al encuentro de los inmigrantes para custodiarles y asegurar su llegada a tierra firme española, donde se les provee de la atención humanitaria necesaria para reconfortarles de tan arriesgada aventura por llegar a ésta, la tierra prometida.

Luego de unos días de estancia en los centros de acogida de inmigrantes ilegales, la mayoría de ellos son transportados por cuenta del gobierno central, a otros lugares de la península, con objeto de dejar plazas vacantes en los centros primeros, para acoger la llegada de nuevos inmigrantes ilegales a los que se va a buscar a alta mar, la mayoría de las veces.

Ah, los inmigrantes trasladados a la península, pueden ya campar por sus respetos (Obrar a su antojo, sin miramientos a la obediencia o a la consideración debida a otra persona-RAE) y, en definitiva, buscarse la vida como puedan. Están ya en Europa.

Si como es notorio, este país no puede hacer frente a esta avalancha de inmigración y Europa está severamente preocupada por este coladero de España, por qué se la propicia desde el gobierno. El propio gobierno central está haciendo el caldo gordo a las mafias que dirigen el cotarro de la inmigración en cayuco, habiendo elevado sus ya de por sí extraordinarias tarifas, por la garantía de que las autoridades españolas acudirán a salvarles en alta mar y avalar su arribada a tierra sin problemas. Que luego, a la mayoría de ellos -y éste es un riesgo ya muy calibrado hoy- les llevarán en avión a la península; la tierra firme europea.

A vuelapluma colijo que, con menos dinero de los que cuesta “recibir” en alta mar a los cayucos, llevarles al centro de acogida, darles atención sanitaria y humanitaria, mantenerlos un tiempo y trasladarles a la península y a una minoría repatriarles a su supuesto punto de partida, con el consiguiente riesgo para la integridad personal de los propios repatriados, podrían establecerse oficinas expendedoras de “papeles” en los lugares de origen, tal y como se hace ahora en los de destino, y que los que acrediten simplemente su origen y que no están perseguidos por la justicia de sus países por delitos execrables que se les autorice a tomar el ferry o el avión a sus expensas y que viajen a la península a donde quieran.

El resultado final será el mismo: inmigrantes sin oficio ni beneficio por España, tratando de conseguir un trabajo. Pero por el contrario, llegarán con su origen especificado y viajarán por mucho menos dinero de los que ahora les piden las mafias que tendrán que concentrarse únicamente en aquellos que huyen de la justicia de sus países de origen, por crímenes contra las personas y la propiedad. Que son los únicos que pueden pagar dos tres y hasta cuatro viajes en patera. O de dónde sacan el dinero para intentarlo tantas veces. Pero si la mayoría de los inmigrantes son incapaces de ahorrar en cinco años de emigración lo que les cobra la mafia por el viaje-aventura en cayuco. Podrán venir con ese dinero en el bolsillo y comenzar su andadura europea con algo más de dignidad.

¡Porque venir, van a venir igual!

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