Thursday, July 13, 2006

Elecciones el Día de Todos los Santos

Nuestro señor Pasqual Maragall, genio y figura hasta la sepultura. No atino a comprender qué le hemos hecho o qué hemos hecho para merecernos esto. Convocar las elecciones al Parlament de Catalunya el miércoles, día primero de noviembre, no puede calificarse de esnobismo sino simplemente de tontería.

Qué ocultas razones, incluso para su propio partido, contiene la decisión singular de convocar unas elecciones generales en Halloween, donde las costumbres importadas hacen que la gente se disfrace en colores calabaza y negro y salgan a las calles a actuar como payasos. ¿Es así como Maragall nos ve? ¿Unos payasos preparando el Día de Todos los Santos que precede al de los Difuntos? ¿Será el día de los difuntos cuando se conozcan los resultados oficiales de las votaciones?

Inaudito como el doble pito. Maragall quiere ser el pichichi histórico de las pichiponianas -vulgo piquiponianas- aquellas salidas de pata de banco del político catalán Joan Pich i Pon (1878-1937) que fue alcalde de Barcelona y Presidente de la Generalitat. Ahora las conocemos como maragalladas pero vienen a ser lo mismo: salidas de pata de banco.

Lo cierto es que de tanto decir que la convocatoria de las elecciones es patrimonio exclusivo de Pasqual Maragall, ha llegado a creerlo y así ha respondido. También decían los del tripartito que era competencia exclusiva del President la designación o el cese de consellers y ya se vio cuál era la realidad de la vida. Aquí no se mueve nadie que no lo autoricen los partidos que le dan soporte en el Parlament, empezando por el PSC -a veces Maragall se cree que su partido es Ciutadans pel Canvi- y en la remodelación definitiva, ERC, como quien le escupe a la cara al molt honorable, designa a Xavier Vendrell como conseller de Governació. Y Maragall a tragar.

Y luego lo echan de la candidatura para poner a Montilla, oscuro barón del PSC que se caracteriza por no mirar a los ojos a su interlocutor, hablar bajo y despacio, pues para hacerlo en catalán ha de ir traduciendo y su léxico está limitado a 1.500 palabras.

Lo cierto es que, luego de estas reflexiones y remembranzas, no me extraña que Maragall haya elegido la fecha más extraña de todas las posibles. Me habéis echado por las malas, debe decirse para sus adentros sin lugar a dudas, pero quien ríe último ríe mejor, insiste y os voy a tener todo el día haciendo cola.

En efecto, cola para ir al cementerio, cola para comprar flores, cola para ir a votar, colas para ir de castañada… este asunto traerá cola y se desvelará el Día de los Difuntos.

¡Menuda pantomima!

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