Tuesday, September 12, 2006

De alcaldes y ministros

Llevamos unos meses con movimientos como los del diablotín o puzzle, aquel rompecabezas clásico con 15 piezas móviles y un espacio en blanco que desafía la lógica para ordenar números en forma secuencial. Los partidos y concretamente el Partido Socialista de Catalunya está tratando de ordenar en forma lógica a sus políticos de altura y así, despiden a Maragall y lo sustituyen por Montilla; a Montilla lo sustituye como ministro Joan Clos y a éste, como alcalde de Barcelona lo sustituye Jordi Hereu. Cambios secuenciales, sí, pero desafiando a la lógica como en el puzzle.

La sustitución de Maragall por Montilla es como aquello de mezclar churras con merinas; qué tendrá que ver la velocidad con el tocino o el culo con las témporas. Es la sustitución del político de raigambre con el aparato del partido que ha de personalizarse en quien lo maneja con mano de hierro; ése es Pepe Montilla. El mensaje es claro: quien manda es el partido y no las personas que están en él. Maragall es el presidente del PSC ¿no? Pues ahí está la cosa ¡Maragall, puerta! Que estorbas al entramado de ZP con tus veleidades y maragalladas; esto es cuestión de profesionales, como Montilla, no de políticos que es un oficio en desuso y muy mal visto.

Otro que está demás es Joan Clos. El anestesista de sonrisa profidén que no vale ni para tacos de escopeta, es sustituido en la alcaldía por el quinto (5º) teniente de alcalde de Barcelona; ni el primero ni el segundo ni el tercero ¡el quinto! Será por aquello de que no hay quinto malo.

De Jordi Hereu se sabe que tiene 41 años y exceso de peso para su edad (en el colegio le llamarían fofito) y es licenciado por ESADE. Se desconoce si ha trabajado en otra cosa que no sea el PSC. Ciertamente, hasta que alcanzase el estatus de “cargo con derecho a sueldo” dentro del partido, se ganaría las habichuelas en alguna parte de la vida civil, pero no ha trascendido. En cualquier caso, albergamos la esperanza de que fuese en algo honesto, pobre chico.

De Hereu nos han tenido que recordar las hemerotecas que fue el padre del Área Verde, allí donde antes se aparcaba gratis y ahora te cuesta 52 euros al año, además del impuesto de circulación, claro está. Era el concejal de movilidad ciudadana o sea el responsable de los atascos. Lo tiene bien para ser reelegido alcalde en la próxima primavera. Aunque si el sistema electoral fuese de listas abiertas, como en los países democráticos, tendría que volverse a trabajar en el aparato del partido, con cargo pensionado. Si no ganaba las elecciones en el barrio de Les Corts de donde era concejal, cómo iba a ganar el mismo ayuntamiento.

Aunque de verdad, lo que parece un chiste es lo de Joan Clos; ya lo comenté aquí el pasado día 30 de agosto. Y quiso la realidad darme nuevamente la razón. Fue a Madrid sin saber con precisión de qué le hacían ministro. Así, en el acto de juramente del cargo de ministro, dijo de Justicia, Comercio y Turismo, el muy majadero, en lugar de Industria, Comercio y Turismo. Y en la toma de posesión, repite el nombre de su ministerio, esta vez correctamente y entre sonrisas dice “desmiento lo de Justicia”. ¿Qué quería decir que no era verdad que lo había dicho? ¿Qué no se habían fusionado los ministerios? Lo que yo digo, un inútil.

¿Pero y el Montilla? En Iznajar, su pueblo natal de la provincia de Córdoba que le rindió homenaje días pasados, con una avenida a su nombre, va y dice “soy un catalán de Iznajar” y con semejante perogrullada se queda el tío más ancho que nada.

Estamos perdidos si estos profesionales de la política son los que han de manejar el cotarro. ¿No habrá buenos profesionales que quieran dedicar unos años a la política?

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