Monday, February 13, 2006

Aznar, una reina madre truncada

José María Aznar decidió en su soberbia, convencido de una tercera victoria electoral apabullante del PP que no sería ya más presidente de gobierno. Se retiraría a su palacio de invierno y desde allí organizaría la vida política del país, mandando y ordenando las actuaciones de sus acólitos, Mariano Rajoy, Angel Acebes y los demás que formarían el nuevo Gobierno de España -una, grande y libre- que saldría de las urnas el 14 de marzo de 2004. Pero ¡hay! le fallaron un millón setecientos sesenta y cinco mil votos que le hubieran dado una nueva mayoría absoluta. Ni siquiera consiguió ser el partido más votado como en 1996. No sólo éso, sino que el PSOE sacó en 2004 setecientos cinco mil votos más que el PP en su mayoría absoluta del 12 de marzo de 2000. Menudo fiasco.

Aznar que se veía antes del 11-M como una reina madre o abeja reina, dejándose querer por todos y repartiendo favores entre sus amigos, como ya venía haciendo, nombrando ministros y presidentes de empresas propiedad de todos los españoles, a amigos de colegio, algunos de los cuales consiguieron enriquecimientos que hicieron sospechar a la Audiencia Nacional y a todas luces desmedidos, se vio en la tesitura de quedarse en casa, conformarse con ser presidente honorario del PP y otros títulos, ninguno de ellos mejor ni de lejos que los de la Deuda Pública siquiera.

Fue a Washington el primer día de otoño de 2004 (fall -caída- como llaman los anglosajones al otoño) a recoger sus emolumentos por el apoyo a Bush en la Guerra de Iraq contra la voluntad de toda España. Y desde allí nos causó vergüenza ajena, leyendo su lección magistral -eufemismo- en un inglés tan macarrónico como su catalán de la intimidad, pero con un contenido académico que hizo revolverse en su tumba a historiadores de medio pelo, pues alguno de los de pelo en pecho saltó de su tumba y dicen que se le vio vagando cerca de los muros del cementerio. Así cuando decía Aznar desde la poltrona del Gaston Hall de la Universidad Georgetown: “el problema de España con Al Qaeda empieza en el siglo VIII”…/… “España rechazó ser un trozo más del mundo islámico cuando fue conquistada por los moros, rehusó perder su identidad” y cosas así, se preguntaban los eruditos quién le habría escrito el discurso y concluían que debió ser él mismo.

Lo revelador es que, antes de comenzar su magistral enseñanza, dijo “hay vida más allá de la política” lo que unido al fondo de su intervención titulada “Siete teorías del terrorismo actual” es, a su entender, el fundamento de su caída en desgracia política. Si no fuera por el atentado del 11-M, sería más reina madre en España que Jordi Pujol en Cataluña, se dice para sus adentros y no me vería en la necesidad de hacer bolos para poder cobrar algunos dineros y justificar patrimonio.

En este tiempo lo hemos visto vagabundear sin norte por el mundo circunscrito a Washington, cerca de su valedor Bush y en Sudamérica, donde puede hablar diversos idiomas, como el argentino, el colombiano o el chileno. Si sus paladines del PP en la Comunidad Valenciana abogan por el idioma valenciano, será correcto para él también, hablar de tales idiomas en Latinoamérica. Y el PSOE dándoles pábulo en esto también.

Hoy nos sorprende la prensa con unas declaraciones en chileno -parece ser- a un periódico local del propio Chile, El Mercurio, donde dice estar muy preocupado por el retorno al populismo; vuelta a viejas fórmulas políticas mal pensadas. Y afirma “Estos movimientos indigenistas que son en parte marxistas, en parte revolucionarios, en parte basados en criterios étnicos. Todo eso no es lo que puede conformar sociedades modernas en el presente” y que “son una búsqueda de solución de atajos a la democracia, de atajos al desarrollo”. Y también que en Latinoamérica, la derecha está “avergonzada, callada, desaparecida y acomplejada” -como no sea por lo que ha llegado a robar- y se sorprende puesto que “históricamente las ideas de centroderecha son las que han triunfado”. Y otras sentencias de similar tenor, concluyendo que “esta marea populista alguien la tiene que parar, alguien tiene que decir que ése no es el camino. Y yo estoy dispuesto a hacerlo y sé que hay muy buenos amigos en Iberoamérica dispuestos a trabajar también. Entonces, vamos a ver si nos organizamos y lo hacemos” Aznar dixit.

Tampoco resistió Aznar perseverar en el error, afirmando que no se arrepiente de haber defendido una posición de intervención en Iraq. “Me arrepentiría de no haberlo hecho y que Saddam estuviera ahí al lado de los ayatolás con sus bombas nucleares”. ¿Será que del jet lack de tanto viaje no se ha enterado Aznar que no se han encontrado las armas de destrucción masiva que justificaron la invasión?

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