La aurora de la política catalana

Aunque del sesudo Orden del Día de la sesión plenaria del Senado de este día 10 de mayo de 2006, miércoles, a las nueve horas y treinta minutos, no se desprende para los humanos de a pié que vaya a votarse el Estatut de Catalunya, mas que en el punto Segundo, sobre Dictámenes de Comisiones sobre proyectos y proposiciones de ley remitidos por el Congreso de los Diputados, apartado 29 del orden del día, de los 31 que lo componen, “De la Comisión General de las Comunidades Autónomas en relación con la Propuesta de reforma del Estatuto de Autonomía de Cataluña. (Publicado en el Boletín Oficial de las Cortes Generales, Senado, Serie III-B, número 12, de fecha 31 de marzo de 2006). (Núm. exp. S. 605/000002) (Núm. exp. C.D. 127/000003)” lo cierto es que hoy saldrá algo del Senado que afectará al nuevo Estatut de Catalunya.

Lo que pasará luego lo saben únicamente los que han equipado sus bolas de cristal con pilas alcalinas, de las que duran y duran…

Es imposible vaticinar lo que vayan a perpetrar esta vez los políticos oficiales y oficialistas de Catalunya, después de la vertiginosa montaña rusa a la que nos tienen sometidos a los necios que los hemos votado.

Pero en el punto que están las cosas, habría de ocurrir, si la sensatez fuera una característica política que no lo es, sino más bien su antónimo que PSC y CiU acordasen un pacto de lo que queda de legislatura, para que el PSC que no Maragall que no pinta gran cosa en todo este embrollo, pudiera arrojar del Govern a la muy inestable ERC, víctima de los devaneos de sus propios dirigentes y su debilidad mental. Aunque siguen aferrados a la ubre del poder y sueldos y las contribuciones al partido, sin entender, gobernar ni tan siquiera mandar. Como no sean cartas de extorsión.

Convocadas nuevas elecciones, CiU y PSC han de sellar un nuevo pacto de legislatura que no del Tinell que suena a titella y que no es eso, aunque se asemeje mucho. En tal pacto, será Presidente de la Generalitat el del partido más votado, de acuerdo con la actual ley electoral que significa quien más escaños obtenga en el Parlament.

Si este partido fuera el PSC y Maragall siguiera siendo su candidato, lo que está por ver, Artur Mas no aceptará nunca ser Conseller Primer, pues ya lo fue con Jordi Pujol y aspira al ascenso a President. Entonces el Govern será monocolor del PSC, aunque pudiera haber algún conseller de CiU. Y tendrá el apoyo parlamentario de CiU.

Si por el contrario, el partido con más escaños fuera CiU, el President deberá ser Artur Mas (mal que nos pueda pesar); Maragall se retirará entonces de la política ejecutiva y se quedará como presidente del PSC. Y se formará un Govern monocolor de CiU. Aunque pudiera haber algún conseller estratégico del PSC. Y tendrá el apoyo parlamentario del PSC.

En cualquier caso, Maragall y Mas no estarán juntos en ningún Govern.

Si nada de todo eso se produce y para complementar una mayoría absoluta el PSC vuelve a una nueva edición del tripartito…, la gente saldrá a la calle a lincharlos a todos.

Y también saldrá a la calle si CiU se aliara en un bipartito con ERC, después del espectáculo bochornoso de este partido en lo llevamos de legislatura, catalana y española.

Un cambio en la ley electoral es fundamental en España. No podemos seguir con el engañabobos de las listas cerradas. Esto raya el escándalo. Luego de ver la incompetencia personal de ciertos políticos ¿hemos de seguir obligados a votarles? Que los vote el que quiera, pero no por estar en una lista. Esto es un fraude a los votantes. Y el censo electoral empieza a estar ya muy harto del trapicheo de los políticos que nos mienten como bellacos cuando nos dicen actuar por el bien del país y lo hacen exclusivamente en beneficio de sus propios partidos y de ellos mismos, en su provecho personal, alcanzando cargos, responsabilidades y emolumentos que nunca obtendrían en la vida civil, por su incompetencia, escasa preparación y debilidad mental.

¡Listas abiertas, ya!