Sunday, May 14, 2006

Los inmigrantes de Catalunya son catalanes

Decía Joan Puigcercós, secretario general de ERC, el pasado viernes 12 de mayo, en Catalunya Ràdio, a las nueve de la mañana que Catalunya se está nutriendo de “… los nuevos catalanes que están llegando.” Se refería el secretario general a que los inmigrantes de Catalunya también son catalanes. Esa es su idea sobre la inmigración.

Efectivamente, el partido que fue tradicional de la burguesía catalana, Esquerra Republicana de Catalunya, ha perdido ya los papeles y confunden militancia con electorado, inmigración con vecindad y ciudadanía con adjetivo gentilicio. Y eso a pesar de los licenciados en filosofía y letras y filología catalana que hay entre sus dirigentes, como Carod-Rovira, Josep Bargalló, Bernat Joan, Joan Tardà, etc. Ernest Benach, presidente del Parlament no se licenció ni se graduó en nada. Y el propio Puigcercós fue incapaz de licenciarse en ninguna disciplina de las que se matriculó, ni en Filosofía y Letras ni en Ciencias Políticas.

La militancia de ERC fuerza al partido para que postule por el NO al Estatut en el referéndum, en contra de la decisión ya adoptada por su Ejecutiva y al margen de la opinión que en tal sentido puedan tener sus votantes. La militancia es siempre la radicalidad de los partidos y hay que saber canalizar su fuerza en el sentido del interés general y no tan sólo en el partidista.

Los inmigrantes son las personas que llegan a un territorio con ánimo de establecerse en él o seguir a otro territorio, por lo que el hecho de ser inmigrante no le convierte en vecino. Y el hecho de asentarse en un territorio le convierte en ciudadano de aquél pero no por ello pierde su procedencia geográfica. Así, el senegalés que se asienta en Catalunya será ciudadano de Catalunya sin perder su condición de senegalés. Pero de eso a ser considerado catalán, deberá contar en primer lugar con la voluntad del propio inmigrante. Se convertirá como mucho en un senegalés catalán si la paradoja es válida.

Lo que sin embargo no se entiende siguiendo este razonamiento de ERC sobre la inmigración, es que permitieran el regreso a su supuesto país de origen, para ser enterrado en su tierra, Botswana, al Negro de Banyoles. El bosquimano disecado en 1830 por unos taxidermistas franceses, los hermanos Verraux y que durante tantos años estuvo expuesto en el museo Darder de Banyoles, había de ser, a tenor de la política sobre inmigración de ERC, un catalán de pro, por lo que debió ser enterrado en Catalunya al son de "La Santa Espina" y no en un país extraño.

Por otro lado, acabamos de conocer que el Capitán Trueno, insigne héroe de cómic español que hacia 1191 comienza sus aventuras con el trasfondo de la III Cruzada, era natural del Ampurdán, donde acaban de ofrecerle un homenaje, con cantata incluida. Ser ampurdanés tampoco le impidió al inefable capitán Trueno enamorarse de Sigrid, una rubia vikinga, hija de Ragnar de Loghbroth. Los orígenes de Crispín y Goliat y la relación entre ellos quedan algo más difuminados, aunque el primero parece ser descendiente de normandos. Resulta chocante en este contexto que no fueran los tres catalanes.

Hoy se celebra en Tremp el concurso de “miss y mister nació catalana” cuyo requisito para participar en él es residir en Catalunya y ser catalanoparlante. Lo que se desconoce es el nivel de catalán exigido a los participantes o si cabe compensar un bajo nivel del idioma con un elevado atributo personal, muscular, glandular o incluso otro tipo de habilidad.

Parece que los partidarios del cuatripartito catalán, CiU, PSC, ERC e IU-ICV, lo que algunos denominan el Partido Unificado de Catalunya (PUC) se afanan en que el gobierno de España y sobre todo el PP, reconozcan la pluralidad nacional, pero se empeñan en que en Catalunya no haya más que catalanes cortados por el mismo patrón nacionalista, de lengua, sardana y aromas de Montserrat. ¡Y así nos va!

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