Friday, June 23, 2006

¡Maragall! ¡¡¡PUERTA!!!

Esto es en lo que se ha convertido la política española, el imperio de la partitocracia.

Efectivamente, son los partidos políticos y concretamente sus cúpulas quienes administran la política en España. Acabamos de vivir uno de sus más oscuros episodios, el derribo de Pasqual Maragall.

Por una parte, ni el tripartito catalán, con Maragall a la cabeza, estaba funcionando como es debido ni el tripartito español, con ZP a su cabeza permitía que la legislatura avanzara por una senda recta y concreta, pues las pírricas mayorías obtenidas en el Parlament y el Congreso de los Diputados, obligaban a “atender” las exigencias que no demandas ni menos súplicas, de los partidos marginales que aportaban el necesario complemento mayoritario.

Por otra parte, el PP que dicho sea de paso, suma casi tantos votos como todos los demás juntos, guste o no, ha atizado el fuego de la descalificación con el contundente argumento de que ZP está en brazos de las exigencias de los nacionalistas e independentistas y bebe sus vientos de ruptura de España. Este sólo argumento le ha restado mucha credibilidad a ZP en toda España y no puede seguir por esta senda que le hace quedar como un necio. Las elecciones generales están ya a la vuelta de la esquina.

A CiU que fue desbancada del Govern de la Generalitat por los trapis habidos entre PSC-PSOE y ERC −pues a ICV-EiA le dejaron entrar en el contubernio para que estuvieran todos, pues no aportaba nada, como se ha visto− se le llevaban los demonios y por ello no votó a favor de la investidura de ZP. Y se mantenía a la contra.

Cuando ZP se dio cuenta de que no podía seguir con los nacionalistas y que el Estatut del que él dijo −a tontas y a locas− que aprobaría lo que saliese del Parlament, vio su oportunidad cambiando de caballo a media carrera, echándose ahora en brazos de CiU, en la persona de Artur Mas, mientras Duran Lleida tocaba el violón en su sede central y dejando en la estacada a ERC fundamentalmente, pues el lenguaraz Carod-Rovira se lo ponía muy cuesta arriba.

Se desatoró el Estatut el 29 de septiembre, por obra y gracia de CiU que se mantenía a la defensiva, según puede verse en la foto de Maragall y Mas. Y se aprobó al día siguiente, el 30 de septiembre, entre abrazos y cava.

Pero se inició el trámite parlamentario en la Comisión Constitucional, donde Alfonso Guerra quería probar una nueva garlopa autonómica y no encontraba mas que clavos en la superficie a cepillar. Por fin, el sábado 21 de enero, se organiza una merendola en la Moncloa a la que sólo se ha invitado a Mas. Entre churros y tejeringos, bromas y veras, ZP y Mas urden un maquiavélico plan por el que el Estatut va a ser cepillado a demanda, Maragall no optará por la reelección y el próximo amigo del PSOE en el Congreso será CiU. Y si hay nuevo gobierno ZP, hasta les dará un ministerio que probablemente será el de Exteriores y recaerá sobre el violonchelista Durán que no en vano es presidente de la Comisión de Exteriores del Congreso y así se va ejercitando.

Maragall, a la vista de cómo ha quedado el Estatut de cepillado y lustroso como una patena a los ojos de España, aunque en nada se parece al de Miravet, como a Maragall le gusta llamar al del 30 de septiembre para que todos olviden que fue la oposición, CiU, quien lo desbloqueó, ha de destituir a los consellers de ERC del Govern, pues su partido finalmente se decide por la postulación del NO en el referéndum, pues las bases aprietan, como los zapatos y o te los cambias o no puedes caminar.

Y así se aprueba, mediante enclenque referéndum, el Estatut y Mas saca pechito. Y le recuerda a ZP que cumpla con su parte del plan. Éste habla con Montilla y le manda que sea cabeza de lista en las anticipadas elecciones a la Generalitat. Montilla le dice a ZP que bueno, que vale; pero que le diga a Jordi Sevilla que no vuelva a llamarle charnego que es expresión en desuso, pues la mayoría de los políticos catalanes que manejan el cotarro lo son, razón por la que no se ha incluido en el Estatut que el President ha de ser nacido en Catalunya, como en los EE.UU.

Y así se escribe la Historia. Los partidos mandan la vida política de este país que no los ciudadanos en quienes reside la soberanía, mientras éstos observan atónitos las performances de esos más que mediocres actores de la política.

Y Maragall, por una decisión largamente madurada, no volverá a presentarse candidato a la Generalitat. Mejor que se presente un charnego por lo visto. ¿Y por qué no un moro?

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