Tuesday, July 05, 2005

A vueltas con el Estatut de Cataluña

¿Se habrán dado cuenta ya nuestros líderes -vaya eufemismo- políticos catalanes que a la inmensa mayoría de los ciudadanos de Cataluña el Estatut no les inquieta para nada? En la última encuesta, la preocupación por el Estatut está en decimocuarto lugar. Creo que el Estatut no hubiera siquiera aparecido en las respuestas de los encuestados si la nómina de sus preocupaciones hubiera sido ciega, o lo que es lo mismo, no les hubieran presentado una lista de posibles asuntos agobiantes para que fueran escogiendo y ordenando según su prioridad.

Pero a nuestros Carods-Roviras -por extensión- parece que les va en ello la vida. Este pasado fin de semana, en lugar de irse a Singapur con los madrileños y todos los que se han apuntado a tan bonito e inútil viaje -bonito lo sé porque he estado varias veces allí e inútil, al tiempo- se lo han pasado de casa en casa, llamando muy formalitos por el interfono ¡Para ver de cumplir el calendario! Ya no se trata del contenido, lo que ahora ya preocupa es el calendario o cronograma como a algún gili gusta de nombrar.

Y uno se preguntará ¿por qué el calendario? Pues porque si no lo cumplen se quedan sin vacaciones que ya lo han dicho. Y parece curioso, estos que la mayoría de ellos no han pegado un palo al agua en su vida y ahora les preocupa quedarse sin vacaciones. Será que como ahora cobran unos sueldos con los que nunca pudieron ni soñar, creen que se lo ganan y han de hacer vacaciones.

Hablando de vacaciones y viajes; el otro día fue a Suecia una expedición del Departament de Sanitat, encabezado por la consellera Marina Geli, para tener un intercambio de pareceres con los gestores de la sanidad pública de aquél país. A la vuelta, todos, consellera incluida, se han puesto a estudiar inglés como posesos -hasta que lleguen al genitivo sajón, claro-. Por lo visto creían que con el catalán, ya seudo europeo y el francés del colegio, se iban a entender. Total, viaje perdido y dinero tirado. Ah, las clases de inglés también las pagamos nosotros.

El Estatut, en el mejor de los casos, ha de ser el instrumento mediante el que Cataluña obtenga mejores condiciones de autogobierno y no un fin en sí mismo. Fin, por otra parte, no solamente alejado del interés de los administrados catalanes, sino fuera absolutamente de su interés. Sin embargo y a mayor abundamiento de perseverancia en el error, el objetivo es ahora el calendario. Y se vuelcan en el Estatut porque no saben gobernar ni lo que ellos significa y comporta. Y por el hecho de haber deciddo donde va a construirse una nueva carcel -de acuerdo con el consistorio local- ya creen que toman decisiones y mandan.

Hasta los valencianos que hasta hace dos días no hablaban valenciano -variante fonética del catalán- porque les parecía pueblerino, les están dando sopas -recalentadas- con honda a los nuestros. No se lo han trabajado mucho los levantinos; la cosa era dar gusto a sus hermanos políticos mayores y una lección de modos a los catalanes -porque ahora hablan valenciano que dicen los indocumentados que es un idioma distinto del catalán- de manera que al final de su estatuto han puesto una coletilla por la que se reservan pedir se les conceda, todo lo que se conceda a otras autonomías y que ellos no hayan pedido en el presente estatuto. Me recuerda al juego del escondite de nuestra infancia, cuando el listillo tocaba madre y decía ¡Salvado por mí y por todos! Y el que paraba tenía que repetir.

Y algunos se extrañan que unos muchos, no nos sintamos representados en el Parlament por nuestros políticos. ¡Pero si son patéticos!

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