Liberalismo a ultranza: error humano

El liberalismo viene a ser la ideología, doctrina, corriente, filosofía o como quiera llamarse que preconiza que cada cuál haga lo que quiera. Cabe añadir que sin molestar a los demás. Molestar en su acepción de fastidiar, importunar, disgustar. Y por supuesto, tampoco perjudicar: lesionar, damnificar, quebrantar…

Siempre que atendemos la propaganda electoral, cada vez con mayor desinterés, reconozco, nos resulta la más atractiva la de los partidos liberales, por aquel canto a la libertad que impregna todos sus mensajes. No hay nada más querido que la libertad; libertad para elegir el propio destino; libertad para elegir a nuestros gobernantes; libertad para llevar los negocios como mejor nos parezca… sin perjudicar a nadie, vale.

¿Querrían los gurús de las finanzas estadounidenses perjudicar a alguien con la práctica de su liberalismo económico? Los gurús no lo sé, pero los listillos que la emprendieron con el sistema de las hipotecas basura, sonoramente llamadas “suprime”, no lo creo en absoluto. Un mago de las finanzas no me extraña que actúe sin escrúpulos de conciencia: si alguien sale perjudicado, “mejor no se hubiese puesto en mi camino”. Pero todo el sistema financiero de un segmento económico de un país como EE.UU. no creo que actúe en perjuicio de la humanidad.

En efecto, el sistema hipotecario de un país no actúa nunca, a sabiendas, de forma que perjudique a la sociedad, pues tarde o temprano dará al traste con su negocio y nadie mata a la gallina de los huevos de oro. Que individualmente haya ejecutivos que personalmente han salido beneficiados económicamente del sistema de “subprimes” no tengo la menor duda. Y lo mejor para ellos es que hayan sabido invertir bien sus ganancias personales, pues como las hayan puesto a crecer en cualquiera de los miles de fondos impregnados de hipotecas basura, ahora se habrán encontrado con su San Martín.

Después de una larga época económica de bonanza es fácil creer que todo seguirá siempre así. Que el precio de las viviendas seguirá subiendo y subiendo indefinidamente, pues la ausencia de perspectiva histórica de la mayoría de los mortales, les convence de que el presente es lo de siempre.

Y desde luego, no es así, pues tampoco la crisis presente es para siempre, aunque Rodríguez Zapatero se empeñe en ello con su actitud bobalicona, propia del que no ha captado nada en las dos o tres tardes que le dedicó Jordi Sevilla. Al final resultará que no encontraron el momento para reunirse y que Sevilla le explicara en esas dos o tres tardes, los secretos de la macroeconomía aplicada; eso lo explicaría todo.

Y ahora los liberales a ultranza se echan las manos a la cabeza porque George Bush, en los estertores agónicos de su mandato, ha decidido utilizar el dinero de todos para salvarle el fondillo a millones de personas. Beneficio que se extenderá a millones de personas en todo el mundo.

¡Anatema! Claman los ultraliberales contra Bush. ¡El mercado debe salvarse el fondillo a sí mismo! ¡Tiene sus cosas buenas –Pedro Solbes dixit– se limpia el sector! Sí, mientras se desangran por el camino los terceros de buena fe, perjudicados hasta el tuétano en sus finanzas personales; en su microeconomía. O mejor dicho, su nanoeconomía, esa que equivale a una milmillonésima parte de un euro.

Hasta el liberalismo debe enmarcarse en unas reglas de juego para evitar en lo posible el error humano. Y por mucho que ZP diga en Nueva York en una reunión con empresarios americanos que nuestro sistema financiero es el mejor del mundo, comentario propio de no haber atendido ni entendido nada de lo que le explicara Jordi Sevilla, además de preciarse y gloriarse de su ineptitud diplomática y nulo oportunismo en política internacional, denota su desconocimiento o la banalización de la sistemática imperante en los últimos tiempos, del sistema financiero hipotecario de España, en el que las hipotecas se tornaron en créditos con garantía hipotecaria. Que si bien técnicamente es lo mismo, filosóficamente es muy distinto en su aplicación práctica.

En efecto, las tasaciones de los inmuebles se sobreestimaban para que el beneficiario pudiese pagar el cien por cien de la vivienda a adquirir, más todos los gastos de escrituras e impuestos, pues como el precio va a seguir subiendo, en poco tiempo el importe de la hipoteca estará en el 80% del valor de la vivienda hipotecada y la entidad financiera en cuestión, estará a salvo, con un crédito ortodoxo. ¡Ah! Y mientras uno no se pase del importe de la hipoteca, con cargo a ese “crédito con garantía hipotecaria” puedes comprarte un 4X4 más caro que el de tu vecino. O una tele de plasma de 32” con home-cinema. O un viaje para toda la familia a un lugar que está más lejos que el que hizo ese compañero de trabajo en sus bodas de plata. Ese es el nuevo concepto de la hipoteca. Y todo el sector financiero español está en ese rollo.

Centenares de miles de hipotecas en España no están garantizadas por el valor real del inmueble hipotecado, pues éste ha perdido valor en los últimos meses; ya no alcanza ni de lejos el precio que se le asignó en su día como garantía hipotecaria. Si tuviesen que llegar a ejecutarse esas hipotecas por falta de pago durante el primer tercio de vigencia del crédito, pues cuando el beneficiario ha perdido su trabajo por causa de la crisis no va a poder atender sus cuotas, los bancos y cajas no recuperarán su crédito. El efecto será el mismo que el de las hipotecas “subprime” de EE.UU.

Es el momento en que los gobiernos han de entrar a tomar cartas en el asunto, como está haciendo Bush. Eso no es intervencionismo, es sentido de la responsabilidad. Hay que poner normas en el mundo liberal también.

Y hace bien ZP en aprobar los presupuestos para 2009 más austeros de la Historia, aunque nadie se lo crea –recomiendo profundizar en las asignaciones para los partidos políticos y las de libre disposición del gobierno, para entender la austeridad de la que habla– eso sí, manteniendo las políticas sociales. Aunque si estas han de ser como las ayudas de la Ley de Dependencia que nadie ha visto aún, mejor no se moleste.

¿Perplejos? ¡Hartos!

[Publicado en La Vanguardia el 9/IX/2008]

¿Perplejos? ¡Los catalanes estamos hartos! Hartos de la crisis económica y la ausencia de soluciones. Hartos de la discusión por el finançament sin propuesta unitaria de la Generalitat de Catalunya.

Hartos de las obras redundantes en Barcelona, como la del AVE por la calle Mallorca. Hartos de tener una de las ciudades más caras del mundo. Hartos del turismo de baratillo que se fomenta y no aporta nada. Y en el paroxismo de nuestro hartazgo, nos desayunamos con la propuesta mediática del alcalde de Barcelona, Jordi Hereu, que nos pormenoriza La Vanguardia de hoy, martes 9 de septiembre, de construir un tranvía por la Diagonal para cambiar el modelo de movilidad de la ciudad que no hace tanto dijo que funcionaba bien. ¿A qué coste económico? ¿A qué coste social? ¿100 millones de euros de presupuesto? ¿En cuánto acabará? ¿De dónde va a salir el dinero para pagarlo?

La mayoría de los coches que circulan por Barcelona en días laborables son de personas que residen fuera y que precisan de unos transportes apropiados que los residentes ya utilizamos; ellos no tomarán el tranvía. Es hora ya de estudiar un peaje al modo de la Congestion Charging de Londres para desincentivar la circulación por el centro de Barcelona, que sería mucho más barato que el tranvía y con mejores resultados de movilidad. Cercanías de Renfe será gestionada por la Generalitat, luego ya no tendrán que venir en coche. ¡Ah!, y los autobuses no contaminantes, como los de hidrógeno.

Ya pasó agosto

Como cada año, Europa se ha ido de vacaciones el mes de agosto y a partir de hoy, se levantarán tímidamente muchas persianas de negocios. Otras no se levantarán definitivamente. Pero muchos comerciantes esperarán en la trastienda a ver cómo se da el final del verano y el otoño caliente –una vez más– para decidir si levantan o no la persiana de su negocio o simplemente se disponen a hibernar como los osos y esperar tiempos mejores.

Vicisitudes varias se han vivido durante este mes de vacaciones para la mayoría; laboral para unos pocos y fijo discontinuo para otros. El ex líder serbobosnio Radovan Karadzic se presentó ante los jueces del Tribunal Penal Internacional para la antigua Yugoslavia (TPIY) sin abogado y con la decisión de defenderse a sí mismo. Comenzó quejándose de ciertas irregularidades en su detención y traslado y finalmente se declaró ni inocente ni culpable sino todo lo contrario, creo. No sé si está muy bien aconsejado por su abogado…

Por su parte, el ex preso de ETA Iñaki de Juana Chaos, que fue puesto en libertad a primeros de mes, aseguró que es una víctima del estado de excepción creado por Francia y España, a la vez que denunció la presión que están sufriendo tanto él como su familia. Creo que está asesorado por el mismo bufete. Lo cierto es que es un asesino convicto pero ha cumplido la condena que establece la ley.

Gozamos de las olimpiadas de Beijing y sufrimos los comentarios de algunos periodistas empeñados en hacer sus apostillas sobre deportes que desconocen, solapándose a los comentaristas que les acompañan, normalmente deportistas destacados en el deporte de la retransmisión de turno. También se han empeñado ahora en referirse a la “pelea” cuando quieren hablar de la lucha por el triunfo. La lucha en el deporte viene circunscrita a aquella en la que dos personas se abrazan con el intento de derribar una a otra, como la grecorromana y la libre. A lo sumo pelea en el combate de boxeo, conocido como el noble arte. Pero la pelea sugiere siempre algo barriobajero, mientras que la lucha por el triunfo y hasta la lucha por la vida, da una idea de buena lid; algo noble. Los futbolistas no pelean por ganar: luchan por conseguir la victoria. Al que pelea con otro le sacan tarjeta roja, por antijuego.

Y mientras esto sucedía, Georgia invade Osetia del Sur y Rusia ataca e invade Georgia con una fuerza y una dureza desmedidas. En nuestro ordenamiento jurídico, la desproporcionalidad de medios está sancionada. Y la UE, en otro alarde de incompetencia diplomática, se enfrenta a Rusia, desaprovechando una nueva oportunidad para invitarla al corro europeo occidental, con tanto como tiene por aportar, aunque sólo fuera gas y petróleo y beneficiarse así de un intercambio económico con la UE. En lugar de eso, se fuerza la guerra fría; no aprenderemos nunca de los errores históricos del pasado ni de los grandes logros, como fue la creación de la CECA por el Tratado de París, firmado el 18 de abril de 1951, simiente de la Comunidad Europea, suscrito por Bélgica, Francia, Alemania, Luxemburgo, Italia y los Países Bajos, por el que los productores de carbón suministraban el combustible a Alemania para su producción de acero. Se acabaron las pendencias entre Alemania y Francia; ahora colaboraban. Y lo siguen haciendo.

Sin embargo, lo más significativo de este mes de agosto en España ha sido el trágico accidente aeronáutico en Madrid, con más de 150 muertos. Lo que ha puesto de manifiesto la inexperiencia por fortuna, de este tipo de sucesos en nuestro país. Zapatero se apresuró a decir que el gobierno se volcaría con las víctimas; no se sabe si en igual o distinta proporción que con las víctimas de tráfico.

Parece que se desconoce que el esclarecimiento de las causas de un accidente semejante lleva meses de investigación por los expertos. Y los aficionados sólo hacen conjeturas disparatadas que confunden a los familiares de las víctimas, hasta el extremo de hacerles decir que sabe más la prensa de lo sucedido que la propia compañía aérea, por la falta de reflejos y de capacidad de ésta por controlar la situación con sus viajeros y sus familiares, amigos y allegados.

A los 10 días del suceso, la ministra del ramo, Maleni Álvarez, comparece ante la Comisión de Fomento del Congreso, para dar la párvula versión del gobierno, cuando la investigación de los que entienden está aún en sus inicios. Recomendamos a la ministra mejor información, menos conjeturas apresuradas de voluntariosos colaboradores y unas sesiones de logopeda y dicción, pues a su desconocimiento general se suma su peculiar pronunciación; así sea leyendo o hablando de motu propio.

Pero la campanada política la ha dado este mes de agosto en España Izquierda Unida-ICV (Iniciativa per Catalunya Verds) con Joan Herrera a la cabeza, por su quiebra del bloque catalán frente al gobierno, por la financiación. Qué bochorno.

Lo cierto es que los partidos políticos y los parlamentarios manejan el Reglamento del Congreso a su antojo. IU-ICV formó grupo parlamentario con ERC y la colaboración necesaria de los dos diputados del BNG, Mª Olaia Fernández Davila y Francisco Xesús Jorquera Caselas que, una vez constituido el grupo, se dieron de baja el 17 de marzo de 2008 tal y como estuvo convenido de antemano y pasaron a formar parte del Grupo Mixto, el suyo por naturaleza. ERC y IU-ICV no podían formar grupo solos por falta de diputados y porcentaje de votos obtenidos en las elecciones.

Las ventajas económicas principalmente y políticas en segundo lugar, hacen codiciar la formación de grupos. En este caso, de partidos políticos tan heterogéneos como ERC y IU-ICV.

Y así, en un opaco acuerdo entre el gobierno e ICV convienen la retirada de éste de la solicitud de comparecencia de ZP en el Congreso para explicar la situación de la financiación autonómica. Todo ello, con la connivencia de José Montilla que no quiere dejar a ZP en situación comprometida por haberse descubierto que no marca el paso como dijo en relación al Estatut ni la financiación de Catalunya al gusto de los partidos catalanes, excepción del PSC, franquicia autonómica del PSOE.

De manera que ICV ha roto el bloque catalán, incluso a espaldas de Carod-Rovira, Conseller de la Vicepresidencia (que no vicepresidente de la Generalitat como dictaminó el Consell Consultiu), a la sazón President de la Generalitat en funciones, durante las vacaciones de Montilla en su Iznájar natal, Córdoba.

Todo ello muy lastimoso, pues, insisto, nadie habla de mejorar la gestión de los recursos financieros, sino sólo de obtener más dinero. Y al mismo tiempo, el propio Carod-Rovira programa la apertura de nuevas embajadas catalanas por el mundo, carentes del más elemental contenido representativo a nivel diplomático internacional.