Tuesday, December 16, 2008

La UE no cree en el CC

En efecto, la UE no se cree el Cambio Climático. Sino a qué se niegan algunos de sus líderes, como Angela Merkel o Silvio Berlusconi a asumir el compromiso de reducir sus emisiones de CO2 en un 20% (!) para 2020. Incluso podrían decir sí y luego ya veremos; vamos, que donde dije digo, digo Diego. Merkel dice ahora que no pondrá su industria en desventaja con sus vecinos del Este que negocian con Sarkozy algunas exenciones para suavizar el coste de su reconversión energética; mientras en Polonia se sigue quemando carbón, Alemania ha de rebajar sus emisiones, a lo que no está dispuesta Merkel. Y para Silvio Berlusconi “no es momento de revoluciones verdes”.

¿Habremos de suponer que son unos descerebrados? Pues obviamente no. Precisamente porque son responsables aplazan las decisiones sobre reducción de emisiones porque saben que el supuesto calentamiento global no es sino una histeria colectiva de un sector interesado que trata de arrastrar a las personas de buena fe para crear un estado de opinión generalizado que obligue a enormes inversiones en determinadas empresas, para acabar con el supuesto cambio climático. Como si el hombre fuese capaz hoy de influir en el clima de todo el planeta.

El frío se ha adelantado este año en España ¿Será también por el calentamiento global? Hay menos hielo en al Ártico, bien y qué. Por qué a penas se habla de que hay más hielo en zonas de la Antártida, como informó Pedro Luis de la Puente, comandante del Hespérides, el Buque de Investigación Oceanográfica (BIO) que regresó a primeros de mayo pasado a su base del Arsenal de Cartagena tras protagonizar su decimoquinta campaña antártica en la que ha detectado "más hielo que el año pasado en el continente helado". El comandante aseguró que en la presente campaña, además de detectar más cantidad de hielo, "a pesar de que dicen que hay menos", los investigadores y la tripulación descubrieron también "más pingüinos", como publicó EFE.

Es claro que alguien falta a la verdad. Pero los negacionistas del CC no exigen inversiones astromultimillonarias para paliar el calentamiento, como Al Gore, por ejemplo; mientras él sigue contaminando con su jet privado ¡Vaya cara!

Pero volviendo al principio; entonces es que no hay tan graves amenazas sobre la Humanidad derivadas del CC; las catástrofes que se ciernen sobre nosotros no están nada claras, pues en otro caso, esos líderes europeos y de los países del Este de la UE no se jugarían un bienestar económico temporal y a corto plazo o un proyecto paliativo de la crisis económica, por unas catástrofes naturales que han de acabar supuestamente, con parte de la Humanidad.

Y del otro lado del Atlántico, el presidente electo Barack Obama anuncia que propondrá subastas para controlar las emisiones de CO2 ¡Genial! Eso ya se le ocurrió a la CE y está contemplado en la Comunicación de la Comisión al Consejo y al Parlamento Europeo sobre políticas y medidas de la UE para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero: hacia un Programa Europeo sobre el Cambio Climático (PECC), el comercio de derechos de emisión es un sistema que permite asignar a las empresas cuotas para sus emisiones de gases de efecto invernadero en función de los objetivos de sus respectivos Gobiernos en materia de medio ambiente, como ya expliqué en esta sección el 28/I/2008.

Es un escándalo que se comercie con el derecho a emitir gases de efecto invernadero. Los intermediarios ya se están echando los platos por la cabeza, a ver quién se posiciona mejor en este nuevo negocio que nos puede llevar a una nueva crisis financiera derivada de este chalaneo.

Es manifiesto que hay que reducir las emisiones. Pero no porque de ello resulte un calentamiento del planeta porque no es cierto, sino por evitar la polución que es muy distinto. Uno se baña o se ducha por una cuestión de higiene personal, no porque se le vaya a caer la piel a tiras si no lo hace.

No hay más que ver en lo que ha acabado la cumbre del cambio climático en Poznan: en nada. Todo palabrería, pues del Protocolo de Kioto, su acatamiento –cumplimiento nulo empezando por España– su modificación y adaptación a la crisis –vaya una excusa para enmascarar el desprecio de los países desarrollados a su observancia– se hablará de nuevo el año próximo en Copenhague. Y así, de oca en oca… van pasando los años y los nuevos profesionales del calentamiento global, calientan en efecto sus poltronas y se aseguran que todo siga igual para mantenerse calientes, pues fuera del IPCC hace mucho frío.

Eso sí, para no ser menos y parecer más papista que el Papa de Roma, España pide a los países ricos reducir su CO2 un 30% (?!) para "tirar del carro" de la UE contra el cambio climático, en relación a las negociaciones del Paquete Europeo de Energía y Cambio Climático convenido en el recién celebrado Consejo de Europa. De manera que no se está cumpliendo Kioto y tiramos por elevación. Debió ser para que la ministra de Medio Ambiente y Medio Rural y Marino, Elena Espinosa, quien llevó la voz de Zapatero en su intervención ante el plenario de la Cumbre del Clima celebrada en Poznan (Polonia) apareciese como más elevada y no como siempre, que parece que esté lejos.

La Eurocámara y el Consejo han logrado un acuerdo en tres de los seis actos legislativos que componen el paquete; tampoco vayamos a creer que bajo un título tan grandilocuente como el Paquete Europeo de Energía y Cambio Climático, se contenga otra cosa. Lo acordado es: A) Las emisiones de CO2 de los coches, que serán de 120 g/km para 2020, con multas para los fabricantes que excedan este límite. B) Las energías renovables, que en 2020 supondrán un 20% de todo el consumo energético de la UE y C) Un 10% del transporte, y las emisiones procedentes de los carburantes.

Están los fabricantes de coches como para que encima les multen por tal motivo.

Monday, December 01, 2008

Inmigrante con papeles



Mohamed Toudani y Zahra Outahri forman un feliz matrimonio que acaba de tener su sexto hijo. Hija para ser más exactos; se llama Iptisen y es una preciosa niña que nació hace diez días en el hospital de Tremp (Lleida). El mayor de sus vástagos es otra niña de 14 años. Y en medio de ellas dos están Hafid, Fátima, Mohamed y Rachid.

Mohamed Toudani tiene como 38 años y su complexión recuerda a la de Abebe Bikila, aunque éste era etíope y Toudani es marroquí. Jugó mucho al fútbol en su juventud, de lo que le quedan recuerdos indelebles de varias fracturas en un brazo, resultado de duros lances de juego.

Toudani emigró primero a Francia, donde estuvo trabajando sin papeles durante unos años. Finalmente fue atrapado un día por la policía y puesto en la frontera con España; de ahí que se asentara en la provincia de Lleida, por su proximidad con Francia.

En España empezó trabajando con la documentación provisional de un amigo suyo hasta que un día le pidió su documentación la Guardia Civil. Una cosa llevó a la otra y su patrón lo contrató en firme y de ahí obtuvo sus papeles: residencia y permiso de trabajo.

Posteriormente se trajo a su familia, su esposa y su hija mayor y el resto nacieron aquí. Él es un serio trabajador de la construcción que acabado su último contrato hace pocas semanas, ha conseguido ya otro en estos últimos días, por su capacidad, seriedad profesional y su honradez laboral y humana.

Para celebrar el nacimiento de su hija Iptisen nos invitó a mi familia a comer a su casa, pues algunos tienen mucho trato con Toudani. Éramos seis convidados (seis) hombres y mujeres y con él siete comensales en total, sentados a la mesa redonda del comedor de su casa familiar. Su esposa atendía a Iptisen y supervisaba la cocina, en la que su primo y la esposa de éste se afanaban en que a los del comedor no nos faltara de nada. Y así fue, no nos faltó de nada. Más aún, hubiésemos preferido algo menos de comida, pues su generosidad y obsequio nos hicieron sentir si no como glotones, sí como personas que aprecian la voluntad de agradar de un tercero que se vuelca en ello, con lo que tiene y tal vez con lo que no tiene para él y los suyos también y a quien no hay que desairar ni siquiera al ver cómo se observan costumbres familiares tan ajenas a las nuestras. Y más, desde que tenemos hasta un ministerio de Igualdad.

El menú, regado con abundante té suave a la menta y con el pan elaborado por ellos, consistió en una ensalada verde, con muy generosas raciones de aceitunas verdes y negras, cuya ingesta aseguró la retención de líquido en las siguientes 24 horas. Siguieron tres platos de carne, a saber: tajin de ternera servida a modo de pinchos de los que aquí conocemos como morunos; carne en salsa sobre cuna de arroz pilaf; pollo en salsa y, finalmente estofado de ternera. Todo ello guisado al estilo tradicional berebere.

Remató el ágape una gran fuente de fruta fresca y pastelillos con la base de almendra molida, de coco, chocolate y cacahuete, elaborados en casa por su familia.

Fue una experiencia humana enormemente enriquecedora, pues quienes tienen trato habitual con la inmigración por razón de su relación laboral, no tienen normalmente ocasión de visitar sus domicilios particulares y menos aún, compartir su comida, de manera que poco o nada conocemos de lo que se cuece puertas a dentro de sus hogares.

La familia de Toudani la compartimos acabado el almuerzo, cuando salieron de su habitación de retraimiento para que no dieran la brasa, sus hijos y los del primo. Y También a su esposa Zahra que vestida al modo tradicional vino a sentarse entonces con nosotros, portando en brazos a Iptisen, la benjamina.

La verdad es que al margen de la muy distinta costumbre de sentarse a la mesa uno sólo de los anfitriones con sus invitados, fue muy grato ver cómo se va formando una familia numerosa, a partir del estatus de residente con derecho a trabajo de un inmigrante que tuvo que salir de su pueblo porque allí no había trabajo para nadie.

Las ayudas por nacimiento y las que obtiene de la administración por cada hijo menor de 14 años, así como la sanidad y la escolarización gratuitas y otras subvenciones de comedor, pero sobre todo el trabajo duro de Toudani, buen trabajador formal y serio, han hecho posible que toda su familia tenga un futuro mucho más prometedor del que les esperaba de haber seguido en su tierra.

Ahora tan sólo falta que entre en vigor en la escuela catalana, el trilingüismo del que habla Montilla, pues los hijos de Toudani hablan exclusivamente berebere y catalán que han aprendido en el colegio; no castellano. De manera que hoy sus horizontes de comunicación y desarrollo profesional están severamente circunscritos a las zonas geográficas de ambas lenguas. Ojalá que cuando acaben el colegio puedan también expresarse en el idioma de Cervantes y aún en el de Shakespeare, con lo que tendrán la posibilidad de comerse el mundo entero. Si ese fuera su empeño.