Monday, January 23, 2006

Las rebajas de enero alcanzan al Estatut

Como era de prever, lo que va saliendo del acuerdo de los paridos catalanes que apoyan el nuevo proyecto de Estatut de sus conversaciones tanto con el PSOE como con el Gobierno, es una rebaja más que sustancial del texto aprobado el 30 de septiembre por el Parlament, como por otra parte no podía ser de otra manera, dado el elevado techo marcado por el cuatripartito que venía a ser una carta a los Reyes Magos, con la presión independentista adicional de ERC. Lo que había hecho una propuesta severamente inconstitucional en muchos aspectos, a parte de intervencionista.

El sábado pasado, Artur Mas da nuevamente la campanada con una reunión clandestina aunque no ilegal ni menos ilícita, con ZP y llegan a acuerdos marco en los puntos considerados fundamentales por los nacionalistas; nación y financiación. Y se hacen una foto, no de familia pero sí de pareja estable, Artur Mas y ZP.

Llanto y crujir de dientes en la filas -sobre todo en las primeras- de ERC. Carod-Rovira y Puigcercós se quedan descolocados ante la noticia que no por esperada fue menos asombrosa y en ese momento, cuando ya el PSC por boca de Miquel Iceta había dicho que a ellos ya les estaba bien el paso anterior al de Mas y éste ha ido más lejos aún -miel sobre hojuelas- temen por su permanencia en el grupo negociador y no pueden por menos que pensar “medrados estamos” para expresar -de una forma fina- el disgusto que resulta del hecho inesperado que les ha cogido a contrapié. A ICV-EA les viene todo bien, pues no tienen peso específico en ninguna parte.

Los republicanos repasan las cuentas que saben de memoria pero no contaban con ser ellos los posibles excluidos del pacto. Veamos: en el Parlament, el texto puede aprobarse sin los votos del PP ni los de ERC y se obtiene una mayoría casi del 72 % para vilipendio de los republicanos independentistas. El texto así aprobado va a misa y con traje blanco, para mayor regocijo de UDC, con las modificaciones semánticas introducidas además, pues ciertos pasajes del texto del proyecto ofenden la moral cristiana. En el Congreso de Diputados, la aprobación del texto del Estatut sin los votos de ERC ni del PP, puede ser hasta del 55,43 %. Sus votos tampoco son necesarios para que el texto salga aprobado.

Así las cosas, ayer domingo, por la mañana, el tándem de cúpula de ERC se va a la Moncloa, pues no quieren ser menos que CiU. Se comenta que en el avión de ida a Madrid, el chirriar de dientes de Carod-Rovira viendo la foto de primera plana de Mas y ZP en la prensa dominical, impedía oír las explicaciones de seguridad del personal de cabina a los pasajeros.

Mas y ZP se volcaron en una maratón para llegar a los acuerdos que convinieron entre ellos. Carod-Rovira y Puigcercós se empeñaron en una carrera de medio fondo con ZP y Rubalcaba para no llegar a acuerdo alguno. Y en la tarde-noche de ayer domingo, en precipitada rueda de prensa desde la sede de ERC en Barcelona, Carod-Rovira, bajo el asentimiento de Puigcercós a su espalda, manifestó su disconformidad con los acuerdos marco asumidos entre Mas y ZP. Y siguen con su discurso…, pero con la boca pequeña pues fácilmente pueden quedar fuera del acuerdo sobre el texto del Estatut y no se lo pueden permitir.

A buen seguro, Mas y ZP han acordado dar algo de carnaza a ERC con el fin de que puedan anotarse algún tanto en sus negociaciones que pueda ser aportado al acuerdo marco convenido entre los primeros.

Lo cierto es que Mas le ha hecho un nuevo interior a Carod-Rovira y le ha tomado la delantera. Una delantera que hace innecesario, como hemos visto que ERC se sume al acuerdo de los otros tres partidos catalanes con ZP, pero es conveniente que siga compitiendo hasta el final. Como también sería de interés que lo hiciera el PP. Una aprobación del Estatut en el Congreso de los Diputados con una mayoría tan simplona, no es bueno para el futuro de la convivencia entre Catalunya y el resto de España.

Friday, January 20, 2006

El precio de la identidad de Catalunya

Ayer hubo una extensa reunión del PSOE con los partidos políticos catalanes que apoyan el nuevo Estatut, en los aposentos privados del Gobierno en el Parlamento de los Diputados, para ver de aproximar posiciones en relación a la adecuación del texto estatutario a las conveniencias del Gobierno de España. Por cierto que parecía de vida o muerte que el PP no se hubiera avenido a prorrogar tres días las conversaciones, desde el 27 al 30 del pasado diciembre, pues es lo que les faltaba a los negociadores, según decían ellos, para cerrar el asunto que 25 días después sigue abierto.

A la salida de la sesión matinal de la reunión de ayer, algunos representantes de los partidos políticos reunidos se avinieron a hacer declaraciones a los periodistas. Jaume Bosch Mestres, de la Entesa Catalana de Progrés, encuadrado en la Comissió Permanent de Iniciativa per Catalunya Verds, dijo que si el acuerdo sobre la financiación era del agrado de los catalanes, se podría entonces llegar a un acuerdo sobre el asunto de la “nación” en el texto del nuevo Estatuto (?!). A mayor abundamiento, en el programa de ayer, “La nit al dia” de TV3, el propio presidente de IVC, Joan Saura, le confirmó a su directora Mònica Terribas que si el gobierno de ZP les presentaba una buena propuesta de financiación, se llegaría sin ninguna duda a un acuerdo sobre el término “nación” en el Estatut. Luego el comentario matutino de Jaume Bosch no fue ningún lapsus. En ICV han vendido la definición de la identidad de Catalunya. Ahora sólo falta fijar el precio y encontrar al pagano, como en el chiste. Parece muy poco serio.

Pero los otros partidos catalanes han debido estar en otra reunión, pues Miquel Iceta, del PSC que es en realidad el PSOE-PSC para significar que es su franquicia catalana y tan es así que el PSC no tiene en el Congreso de Diputados grupo parlamentario propio por no haberse diferenciado del PSOE en las elecciones porque son lo mismo, dijo por la tarde-noche que ya estaba de acuerdo con lo acordado y que iba a proponer a su partido el voto a favor sobre el texto de Estatut que estaba resultando de las negociaciones habidas hasta la fecha de ayer. Increíble. Parece que cobre del PSOE…

Por su parte, tanto Josep Antoni Duran Lleida, de CiU i Joan Puigcercós, de ERC, dijeron que las posturas están aún lejos de lo aceptable. Y el término “nación” ha de seguir donde lo puso el Parlament. Pues duro con ello.

En cualquier caso, de los logros habidos que nos cuentan los partidos en cuanto a competencias, las de gestión de puertos, aeropuertos y trenes de cercanías se ha de compartir con el Gobierno, cuando el artículo 140 1. del proyecto de Estatut dice que corresponde a la Generalitat su competencia exclusiva. Así que seguiremos como hasta ahora, poco más o menos. ¿En qué se ha avanzado concretamente? ¿En aceptar compartir la gestión con el Gobierno? Como las consultas populares. El acuerdo sobre la convocatoria de referéndum reside en que lo tiene la Generalitat con la aprobación previa del Estado. Le digo a usted guardia…

Por otro lado, en cuanto al artículo 120 sobre Cajas de Ahorro, no hay acuerdo con el PSOE ni con el Gobierno para que la Generalitat tenga las competencias exclusivas sobre la regulación de su organización.
Tampoco sobre educación y una buena lista de la compra que sigue en el capazo.

Corolario.- A ICV ya le está bien cambiar la identidad de Catalunya por dinero. Al PSC (PSOE-PSC) ya puede darse el visto bueno a lo obtenido hasta ayer. Y para CiU y ERC seguimos lejos de acuerdo alguno.

Y todo ello sin el consentimiento del 40 % que representa el PP. Como en dos años se hagan con el 51 % lo que no sería cosa rara por la marcha que llevan las cosas, podrían volverse las cañas lanzas. Pues al final, de aprobarse el Estatut en el Congreso de Diputados, la mayoría va a ser como la que obtuvo el Plan Ibarretxe en el Parlamento Vasco. ¿Y si por tal motivo fue devuelto con el voto favorable del PSOE será ahora aprobado el Estatut? Las varas de medir parecen compradas en un todo a cien; son todas distintas.

Thursday, January 19, 2006

Los papeles de Salamanca vuelven a casa, pasada la Navidad

En la ciudad de Salamanca, al despuntar hoy el alba, los cartones que han de contener los archivadores con los legajos que fueron robados de los archivos de Catalunya por las tropas franquistas durante la Guerra Civil, han sido cargados en dos furgonetas blancas -acertada alegoría-, a pesar de las cortapisas del consistorio salmantino, camino de Alcalá de Henares según parece, donde una comisión oficial Ministerio de Cultura - Generalitat de Catalunya, verificará que todo lo que se transporta corresponde a la Ley de Restitución.

Lo cierto es que no hay forma de acabar con la rencilla de posguerra. Cualquier circunstancia parece aprovechable para hacer renacer las dos españas. Va a hacer 70 años del Alzamiento Nacional para unos o el Golpe de Estado para otros y ahí seguimos encallados. No hay más que ver los titulares de la prensa de los últimos tiempos. Así no es de extrañar que el país no avance; que la inflación haya duplicado las previsiones y España haya retrocedido hasta el puesto 16 de los 25 de la UE.

En este caso no se trata sino de papeles “ documentos, fondos documentales y otros efectos, incautados en Cataluña a personas naturales o jurídicas de carácter privado por la Delegación del Estado para la Recuperación de Documentos, creada en virtud del Decreto de 26 de abril de 1938, o en aplicación del Decreto de 13 de septiembre de 1936, que estén custodiados en el Archivo General de la Guerra Civil Española”, cuya única finalidad -ni más ni menos- es devolverlos a su legítimo dueño. Aquellos documentos que sirvieron para la confección de fichas de antecedentes políticos.

Ahora, después de 30 años que en Salamanca “descubrieron” que existían tales documentos y se comenzaron a reclamar para Catalunya, vienen hoy devuelta a casa, no tanto por una acción de justicia, sino porque José Luis Rodríguez Zapatero necesita cierta estabilidad política. No nos engañemos.

No hay duda alguna. Los gobiernos tanto de la UCD como del PSOE o el PP, en sus mayorías absolutas, ni recibían a los emisarios de la reclamación de los Papeles de Salamanca. Pero hoy ha querido la coyuntura política que ZP necesite ir dando peixet a sus socios de gobierno para mantener lo que es casi insostenible, cual es la gobernabilidad del país. Lo mismo que le sucede a Pasqual Maragall con su tripartito particular o a Clos con el suyo. Y lo fácil ha sido promulgar la Ley de Restitución. No podía fallar su aprobación en el Congreso de Diputados. Pero estas leyes que tanto desgaste y rencores suscitan en la población, en nada favorecen la convivencia y el aunar esfuerzos para afrontar entre todos el duro futuro que se nos avecina.

Las leyes de hondo calado social, como ha resultado ser la de la Restitución y lo pueda ser el nuevo Estatut, han de aprobarse con una amplia mayoría, no con una mayoría simple. Tan simple que acaba por no contentar a nadie. Porque una nueva mayoría igualmente simple pero de otro color, puede dar al traste con ellas. Lo acabamos de ver con la ley de educación.


Confiemos que el buen criterio de los gobernantes catalanes de hoy o los de pasado mañana, cuando lleguen los Papeles a Sant Cugat, no conviertan su recepción, con la natural alegría de haber visto colmada una reivindicación de 30 años, en un acto de afrenta a los que, hasta ilegalmente, se han opuesto a la devolución de aquel botín de guerra. A Catalunya no le conviene seguir alimentando la animadversión de la que es objeto y es una buena oportunidad para demostrar al resto de España aquello del seny català por una vez en mucho tiempo.

Los gobernantes fundamentalmente, están obligados a tomar las decisiones con perspectiva. Perspectiva histórica para entender cómo el pasado nos ha traído este presente. Y perspectiva de futuro para ir consolidando la sociedad y sus singularidades propias. Pero hoy sólo toman decisiones con la perspectiva de las próximas elecciones. Error que seguiremos pagando los administrados.

Monday, January 16, 2006

La ley de la Comunicación Audiovisual de Catalunya, CAC

Esta ley de prensa de las hondas hercianas, está levantando no pocas ampollas; quizás más que las que en su día levantó la Ley de Prensa de 1966, de Fraga Iribarne, a la sazón ministro de Información y Turismo de Franco, que multaba, sancionaba y cerraba medios de comunicación hostiles al franquismo.

Esta ley del Parlament de Catalunya, en su Exposición de Motivos II, luego de informar en el I sobre su origen y el mandato recibido del Parlament, aunque omite el apremio a la Comisión Redactora por el tripartito y concretamente por ERC, a la vista -o mejor al oído- de varios programas de la COPE, dice:

Esta ley se fundamenta en el derecho de los ciudadanos de Catalunya a disponer de un sistema audiovisual que refleje su realidad inmediata a partir de formas expresivas vinculadas a su abanico de tradiciones, es decir, el entorno simbólico, y ha de otorgar a la Generalitat, en defensa de los derechos y los intereses de los ciudadanos, la capacidad de intervenir en la regulación de los operadores y los contenidos. Es por este motivo que Catalunya, como comunidad con un patrimonio cultural específico, no puede ser considerada solo una parte de los grandes mercados de consumo audiovisual suministrados desde fuera de la misma comunidad mediante operadores y contenidos surgidos de otras tradiciones.” Ahí queda eso.

Pues muchas gracias Generalitat y Parlament por vuestro paternalismo, pero los ciudadanos de Catalunya somos ya mayorcitos para saber discernir entre los canales de televisión y emisoras de radio que queremos ver o escuchar, de acuerdo con nuestras preferencias de entretenimiento, cultura, política o idioma y rechazamos de plano que sea la Autoridad Gubernativa, en forma de Consell de l’Audivisual de Catalunya quien imponga lo que queremos-debemos ver y escuchar los ciudadanos libres de este país.

Es claro que el impulso y redacción final de la ley ha tenido su origen en los programas de la COPE que descalifican tantas actuaciones de los políticos catalanes y a ellos mismos, quienes desconfiando de la jurisdicción ordinaria para denunciar tales actuaciones de la emisora episcopal, han preferido crear un ente propio que les permita llegar a cerrar la COPE en Catalunya.

Quien no quiera oír lo que la COPE escupe que sintonice las cadenas y emisoras de la Corporació Catalana de Radio i Televisió y tendrá la versión del otro lado del mostrador. Que si bien es del mismo tenor pero de sentido contrario en su fomento del anti-españolismo, es mucho más sibilina que la COPE, pues sus comunicados, expresiones y comentarios no son ni en clave de humor ni jocoso festivos como los de Federico Jiménez Losantos, sino leídos por un presentador anónimo, sobre un texto que desvirtúa la realidad, sin llegar a la mentira descarada.

La ley otorga al Consell de l’Audiovisual de Catalunya la capacidad para regular los contenidos de los operadores y sancionarles. ¿Dónde queda la libertad de expresión? La jurisdicción ordinaria ya establecerá los excesos de este derecho que se denuncien. La ley es, en definitiva la resurrección de la censura.

Su artículo 129 j) Establece como infracción grave el incumplimiento de los operadores sometidos al régimen de comunicación previa. Luego va a haber censura previa para los que saquen los pies del plato, a juicio del CAC. ¿Pero quién forma el CAC si no es una representación de los grupos parlamentarios del Parlament? Luego sus criterios van a ser siempre de carácter político, del grupo parlamentario que ha propuesto a los consejeros y al que se deben.

Está bien una ley que regule el sector audiovisual, pero una tan intervencionista que resucite además la censura, no es propio de un régimen político del siglo XXI ni de un país que se siente nación y aspira a formar parte, per se, del concierto mundial. Por mucho que se empeñe en lo contrario la ponente Dolors Comas d’Argemir i Cendra, antropóloga y comunista.

Thursday, January 12, 2006

El idioma catalán

El idioma es uno de los rasgos distintivos propios de Catalunya pero no es su única peculiaridad o nota distintiva. El ser catalán es por fortuna mucho más que eso, hable o no catalán.

Efectivamente, los catalanes, tanto los que viven en Catalunya como los que lo hacen fuera de ella, tienen su idiosincrasia que se caracteriza por muchas cualidades, tales como la laboriosidad y capacidad para el comercio y la industria y su seriedad personal y profesional. Y algunos defectos que los de aquí no calificamos como tales. Así, la general ausencia de prodigalidad y comedida largueza, pongamos por caso. Digamos que si en un extremo del carácter estuviera la cigarra y en el opuesto la hormiga, podríamos fundamentar que el catalán está más decantado por el extremo del insecto, más dinámico, activo, laborioso y diligente que la propia cigarra.

Pero qué duda cabe que el idioma catalán es el escaparate del factor diferencial. Cuando en una sociedad como la española, tan pagada de sí misma que parece que en sus dominios aún no se ponga el sol, la cuestión idiomática ha sido la tradicional asignatura pendiente de todos los sistemas educativos de la historia de España. Cuando aquella universidad de Salamanca por excelencia y todas las del resto de España convertían a sus alumnos en eruditas enciclopedias, brillantes en cualquier rincón del mundo por su saber y conocimientos universales, los idiomas, salvo el propio, el español, no figuraban entre sus enseñanzas. A parte de las lenguas muertas, como el latín y el griego, verdaderos elementos de suplicio para los estudiantes de letras. Así las cosas, Catalunya era un pueblo de gentes bilingües, muy a partir de la Renaixença, con el resurgir del idioma catalán, lo que desconcertaba a los visitantes, pues si bien es notorio la dificultad que entraña el aprendizaje de un idioma, sobre todo en la edad adulta, encontrarte con individuos bilingües es lo que llevaba a muchos a considerar maleducados a los catalanes por mantener conversaciones en catalán delante de castellano parlantes que no entendían catalán, sin poder comprender que ser bilingüe es hablar dos idiomas sin distinguirlos entre ellos; sin necesidad de cambiar el chip -horrible expresión moderna- para saltar de uno a otro a media frase. Y cabe hacer el esfuerzo de mantener la conversación en castellano cuando así lo requiere la audiencia.

Pero los otros factores distintivos de los catalanes, cuales son entre muchos otros, algunos de los apuntados más arriba, no calan en muchos ámbitos de fuera de Catalunya o son desdeñados. Y así, en flagrante muestra de ignorancia, se manifiesta sin pudor alguno, pues la ignorancia es muy osada, el presidente del Tribunal Supremo que también lo es del Consejo General del Poder Judicial, Francisco José Hernando, equiparando el idioma catalán al bailar sevillanas. Porque el mensaje indocumentado y banal que a él le llega en relación al catalán es del mismo tenor folclórico que el baile de las sevillanas. Y como es tan alta magistratura, debe creerse investido de la infalibilidad papal y dice lo que se le viene a la boca, poniendo de manifiesto que su designación por José Maria Aznar para aquel cargo, más respondía a su buena sintonía con el PP que a las virtudes propias del cargo, cuales son la inteligencia, la discreción y la diplomacia. Pues los conocimientos de leyes, como el valor, se le suponen. Pues hay que tener valor para hacer semejantes comentarios.

Pero no nos engañemos, ese comentario es moneda de cambio habitual, no sólo en los círculos afines a Francisco José Hernando que no ha tenido la experiencia de intimidad con su mentor, Aznar que hablaba catalán en tales ocasiones, sino en la inmensa mayoría de cuantos desconocen la realidad de Catalunya.

Por otro lado y cuando Hernando que lo suyo no es la locuacidad sino tal vez la logorrea o parloteo incontinente, afirma que el idioma catalán no tiene otro aspecto positivo, se refiere aunque no sabe expresarse, a que fuera del ámbito catalán, carece de aplicación práctica.

Los finlandeses estiman profundamente su lengua materna y están muy orgullosos de ella. Y también así los islandeses y demás pueblos nórdicos y hasta en Holanda, pero como son pueblos cultos que se reconocen en un entorno globalizado, son sabedores de que su idioma no va a permitirles comunicarse con el resto de la humanidad, salvo con ellos mismos, razón por la cuál, sus habitantes son hoy bilingües finés-inglés o sueco-inglés, para lo que dedican en sus escuelas, tanto tiempo y medios para el segundo idioma como para el materno, pues ello va a permitirles conocer y comunicarse con el resto del mundo. Lo que no le ocurre al señor Hernando.

Pero ojo, con la política lingüística de la Generalitat puede ocurrir lo mismo, pero en sentido contrario.

Tuesday, January 10, 2006

Ruido de sables o entrechocar de platillos

Así que hemos de creernos que el Ministro de Defensa, José Bono, no se reunía nunca con el Teniente General José Mena Aguado, Jefe de la Fuerza Terrestre, arrestado por el Jefe del Estado Mayor de la Defensa, Félix Sanz Roldán, debido a unas democráticamente malsonantes declaraciones en su discurso del día de la Pascua Militar. El general arrestado hacía referencia en su alocución oficial, al artículo 8 de la Constitución que se refiere a la misión de las Fuerzas Armadas de garantizar la soberanía e independencia de España, defender su integridad territorial y el ordenamiento constitucional, en clara alusión al proyecto de Estatut de Catalunya, diciendo que “Por razón del cargo que ocupo, no debo, en actos como éste, expresar mis opiniones personales. Pero sí tengo la obligación de conocer los sentimientos, inquietudes y preocupaciones de mis subordinados y transmitirlos, como es habitual, a la máxima autoridad de mi ejército, y hacerlos públicos por expreso deseo de aquéllos". No tiene desperdicio.

En efecto, la Fuerza Terrestre es el conjunto de los medios humanos y materiales que se agrupan y organizan con el cometido principal de prepararse para la realización de operaciones militares y el teniente general Mena es su jefe. Y si el ministro Bono trabaja como nos quiere hacer ver que lo hace, a buen seguro se reúne a menudo con su equipo y en él ha de estar el amo de la fuerza terrestre quien dice que ha de transmitir, “como es habitual” -contacto frecuente- y “hacerlos públicos por expreso deseo de aquellos” -sus subordinados-. Habla con asiduidad con la máxima autoridad; sabe que los militares no han de hacer públicas sus opiniones políticas y se apresta a hacer lo que sus subordinados desean. ¿Y el ministro desconoce el talante del dueño de las Fuerzas Terrestres?

El contubernio es de tal magnitud, viniendo como viene de un militar próximo a su retiro y teniendo en cuenta las habituales declaraciones de José Bono en el sentido que le inspira el proyecto de Estatut que no es creíble que las afirmaciones públicas del general Mena fueran ajenas al conocimiento expreso o tácito del ministro Bono. Sabido es que en ocasiones se ha manifestado en este contexto, como si perteneciera al PP en lugar de al PSOE y ser uno de sus ministros.

Y que ahora diga Bono que el general le juró que no había nada detrás del discurso es un insulto a la inteligencia de los españoles, pues bien claro dejó dicho que era portavoz del sentir de sus subordinados.

Y para desmentirle, aparece hoy en la prensa una carta suscrita por una cincuentena de oficiales de alta graduación, en la reserva o en activo, solidarizándose con el general Mena. A parte de un aparente acto de insubordinación en el mejor de los casos, los militares están afrentando la autoridad del Ministro de Defensa. Mientras, el PP con Mariano Rajoy a la cabeza, sigue tocando el violón a la vez que hace sonar los platillos por los que se suman a su discurso, aunque sea en forma tan anticonstitucional. Así no vamos ni medio bien.

Monday, January 09, 2006

Si cada uno es lo que quiere ser, pues que nos dejen serlo

En un sesudo artículo de José María Ruiz Soroa, titulado “Desnacionalizar el Estado” y publicado en El País (4/I/2006) explica muy bien cómo y por qué el poder público ha de circunscribir su actividad a lo público y dejar que el tema de los sentimientos personales quede ceñido al ámbito individual. La Nación Europa, a la que estamos abocados, ha hacer caso omiso de las peculiaridades nacionales de los pueblos que las componen y los que componen a éstos, pues es del todo imposible atender, desde el estamento público, a todas las emociones de reivindicación nacional de sus ciudadanos mas que de una forma genérica y ya contenida en la Declaración de los Derechos Humanos.

En efecto, dado el elevado número de circunscripciones nacionales internas a los propios estados europeos, las segundas derivadas, a saber: catalanes, vascos, gallegos, navarros, ingleses, escoceses, galos, bretones, corsos, bávaros, piamonteses, etc., etc., etc., es lo que hace imposible que las leyes recojan prolijamente cómo debe afectar a los administrados de un estado todo lo concerniente a su nacionalismo, pues resulta imposible operativamente, tanto distingo y, además, cada uno tiene el derecho a vivirlo y sentirlo como quiera, atendido un estado supranacional. Pues, entre otras cosas, en cada territorio no hay solamente individuos de una nacionalidad, la oficial local, sino que por mor de la globalización, en cada nación hay individuos pertenecientes a otras y si es de bien nacidos respetar los usos nacionales de la tierra de adopción, lo es también el de no obligar a los sobrevenidos a pasar por las horcas caudinas de la liturgia vernácula nacionalista que a nada conduce. Máxime cuando esta imposición venga de un partido tan minoritario en el caso catalán, cual es el que da soporte a otro mayor -pero no el mayor- con el fin de conseguir una mayoría simple. Tan simple que resulta desabrida, falta de sazón y de sabor, como el tripartito catalán.

Por otra parte y ligado estrechamente a lo anterior, los derechos históricos nos devuelven a una medievalización de la sociedad. Aquella que había de someterse a los principios emanados de la Autoridad -entonces el rey-, en lugar de ser la Autoridad quien se ponga al servicio de los ciudadanos y los deje vivir su nacionalismo en libertad. Sin estimular, pongamos por caso, algo tan repugnante como es la denuncia anónima a través de las Oficinas de Garantías Lingüísticas, auténticas comisarías políticas -en el peor sentido- de la Secretaría de Política Lingüística, para que los ciudadanos denuncien a sus vecinos que no rotulan en catalán sus establecimientos comerciales, productos, cartas de bares y restaurantes, etc. Eso sí, tienen plena libertad para rotular en cualquier idioma, siempre que lo esté en catalán. Si no, denuncia popular y sanción.

¿Por qué no se nos deja ser a cada uno lo que uno quiere ser, como han hecho tantos otros? Anasagasti nación en Venezuela y es más vasco que nadie. Por no hablar de Carod-Rovira, de origen aragonés que para integrarse en Catalunya se cambió el apellido y estudió filología catalana, como el que tomaba el carajillo de Aromas de Montserrat para una mayor integración. O Manuela de Madre que vino de Huelva y ahora defiende el Estatut en nombre de buen número de catalanes y muchos ciudadanos de Catalunya. O el propio Pepe Montilla que nació en Iznajar, provincia de Córdoba, con menos de 5.000 habitantes y hoy es un catalán de pura cepa. Los charnegos se han hecho con el mando. ¿No es eso una magnífica muestra de integración y un ejemplo de la mejor acogida que pueda darse a un inmigrante?

Pues si ellos inventaron su historia que les ha llevado a donde están, por qué han de obligarnos ahora a vivir nuestro nacionalismo ancestral como ellos han inventado el suyo de adopción. Por qué obligar a todo ciudadano de Catalunya a hablar catalán si a ellos no se les exigió cuando llegaron y más del 60 % de los ciudadanos de Catalunya son castellano parlantes. Por qué hemos de denunciar a los subsaharianos afincados en Catalunya que no rotulen en catalán sus comercios. Qué nos parecería de emigrar a Paraguay y que nos obligasen a hablar allí en guaraní. O domiciliarnos en Rennes y nos hiciesen hablar bretón. O afincarnos en Edimburgo y nos exigiesen hablar gaélico. ¿No es bastante hablar español, francés o inglés?

Al fin y al cabo, el idioma es una peculiaridad más de todas las particularidades de un territorio, pero no la única y en el territorio priman sus habitantes quienes imprimen el carácter al propio territorio y no al revés. ¿Dónde ha quedado el liberalismo del que algunos dicen estar impregnados?