Tuesday, November 29, 2005

Bargalló brinda con cava con Mariano Rajoy



¿Qué puede decirse a esta imagen?

Lo que le pasa al conseller sin corbata es que él quería también salir tomando cava en una foto con el líder de la oposición en el Congreso de los Diputados, aunque éste diga pestes de los catalanes… en el Govern, naturalmente que Rajoy no se mete con los ciudadanos de Catalunya. ¿Pero no se le cae la cara de vergüenza al Bargalló? Ahí, tan sonriente. Sin corbata, claro. Luego de lo que dijo del presidente de Freixenet. Cualquier día lo vemos brindando con Federico Jiménez Losantos.

El Bargalló no tiene categoría política ninguna. A parte de no saber gestionar la consellería que tiene encomendada, claro. Porque no tiene capacidad ni vio nunca, ni de lejos, lo que hace un conseller primer. Lo suyo son los castellers y llevar el dragón de las fiestas de su pueblo. ¿Qué puede esperarse de semejante personaje? Simplemente lo que está dando de sí o sea, nada.

Monday, November 28, 2005

Josep Bargalló, primer ministro de la Generalitat

También conocido como Conseller Primer y conseller sin corbata, no deja de sorprendernos siempre que le dan facilidades para hablar en público sin guión ni apuntes; dice lo que se le viene a la boca. Es un profesor de instituto venido a más, por su exclusivo merito de ser de ERC en su pueblo, Torredembarra, desde 1995, luego de pasar por diversos partidos políticos: Partit Socialista Unificat de Catalunya (PSUC), el Partit Socialista d'Alliberament Nacional (PSAN) y Nacionalistes d'Esquerra (NE).

En efecto, Josep Bargalló es licenciado en Filología Catalana y catedrático de bachillerato en el Institut de Batxillerat Pons d'Icart, de Tarragona, del que fue director dos años -ni siquiera un mandato completo de cuatro- de 1985 a 1987. Ha publicado numerosos ensayos y estudios sobre crítica, historia y teoría literarias y diversos estudios históricos y de cultura popular, con especial dedicación al contexto festivo y al mundo casteller. Se ha ocupado también del comentario de textos literarios y ha colaborado como crítico en diarios y revistas especializadas. Ha participado en la redacción de guiones de cine y de vídeo y ha estrenado textos teatrales. Tal como se contiene en su biografía oficial. Es lo que se conoce por un plumilla, hecho y derecho.

Sigue su currículum: Miembro de la Colla Castellera Nois de la Torre, del Ball de Diables de Torredembarra y del grup de portadors del drac Virgília de Torredembarra.

Pero de su capacidad de gestión nada de nada. Porque no la tiene ni la ha podido adquirir. Si no fuera tan lamentable, sería para morirse de la risa. ¿Dónde iban a darle trabajo a este hombre con semejante bagaje?

Pero no es el hecho de que sea incapaz de ponerse una corbata, para no parecer un “contratador” como se conocía a los empresarios en el mundo republicano de antaño y no vayan a tacharle de “explotador”, en lugar de tratarse de una persona que se juega su patrimonio, como Josep Ferrer, presidente de Freixenet. Es su discapacidad para entender que llevar corbata es hoy algo consustancial a la corrección en el vestir y los convencionalismos sociales, propios de la urbanidad, la educación y el saber estar. Y es lo que debe, en señal de respeto recíproco, a la gente que va a su encuentro que se viste con la corrección debida a la dignidad que representa. Es, por tanto, un maleducado. ¿Cómo un maleducado así pudo ser conseller de educación? Misterios del tripartito.

Ahora se permite el compañero Bargalló, arremeter contra un empresario, como el señor Ferrer que se juega en su empresa su patrimonio y da trabajo a muchos empleados y crea riqueza para Catalunya y España con su labor, tacharle de atizador de la controversia con España, por el origen de los productos catalanes y su comercialización en España. Echarle en cara al señor Ferrer que se hubiera reunido con Mariano Rajoy y brindado con él con cava, para suavizar la tensión comercial entre Catalunya y España, porque haya puesto de manifiesto que el boicot a los productos catalanes en el resto de España es un hecho cierto, gracias, entre otras cosas, a gente como el propio Bargalló y a su líder político Carod-Rovira, cuando declaró el boicot a la candidatura olímpica de Madrid, como respuesta a la reunión de patinaje, en Fresno. El mismo Carod-Rovira que el día 30 de septiembre, cuando el Parlament aprobó el lamentable proyecto de Estatut, no se le ocurrió otra cosa que decir desde la tribuna de oradores “es el primer paso para la independencia”. Y se extrañan los Bargalló y los Carod-Rovira que el resto de España recele de Catalunya. ¡Pero si son ellos quienes lo están propiciando! Y el PP no pierde comba para devolverles la pelota con similares argumentos o peores aún, con comentarios como el referido a ETA. ¡Pero es que fue Carod-Rovira el que acudió a reunirse con los terroristas sin encomendarse a nadie! A ver si le daban el premio Nóbel de la Paz que está muy bien dotado económicamente y se ha acostumbrado a comer caliente desde que está “gobernando”. Vaya eufemismo para referirse a lo que hace el tripartito en Catalunya.

Wednesday, November 23, 2005

La financiación de los partidos políticos

De todos es sabido que, al reinicio de la democracia, hace ahora justamente 30 años, coincidiendo con la muerte de Franco -y la proclamación de Juan Carlos rey de España, legado directo de aquél- los partidos políticos tenían prisa por constituirse formalmente y comenzar a actuar y se pospuso por ello la regulación de su actividad, lo que dio origen, al poco, a la ley de financiación de partidos, con la Ley Orgánica 3/1987, de 2 de julio, sobre Financiación de los Partidos Políticos, modificada posteriormente por la Ley Orgánica 1/2003, de 10 de marzo, en lo que a financiación pública se refiere, modificando el articulo 3 e introduciendo un nuevo articulo 4 y cambiando por tanto, la numeración de los posteriores.

Esta ley de financiación de partidos, en el artículo 4, reconoce la financiación privada, con aportaciones no finalistas -sin una aplicación específica- pero dentro de los límites y, con arreglo a los requisitos y condiciones establecidas en la Ley.

Estos límites son:
1. Aportaciones anónimas, cuando la cuantía total de las recibidas en un ejercicio económico anual sobrepase el 5 % de la cantidad asignada en los Presupuestos Generales del Estado en ese ejercicio para atender la subvención pública a los Partidos Políticos prevista en el artículo anterior.
2. Aportaciones procedentes de una misma persona física o jurídica, superiores a la cantidad de 10.000.000 de pesetas al año.
3. Aportaciones procedentes de empresas públicas ni de empresas que, mediante contrato vigente, presten servicios o realicen obras o suministros para alguna Administración Pública.

El artículo 7 de la Ley establece que el importe de las aportaciones a que se refieren los artículos 5 y 6 -aportaciones del extranjero- se abonará exclusivamente en cuentas de entidades de crédito, cuyos únicos ingresos serán los procedentes de las mismas.

De manera que el reconocimiento legal de las aportaciones anónimas no es una patente de corso para los partidos políticos, pues han de respetarse las limitaciones que la Ley impone.

En efecto, además de la obligación por ley de cumplir con los artículos referidos, el Tribunal de Cuentas es el único organismo que puede fiscalizar las cuentas de los partidos y en el artículo 12. Dos, de la Ley, se establece que el Tribunal de Cuentas podrá requerir a los Partidos Políticos para que, en el plazo que les indique, presenten una relación de las aportaciones a que se refieren los artículos 5 y 6, que contendrá el importe de cada una de ellas y, en su caso, los nombres y direcciones de las personas que las han realizado. De tal manera que el hecho claro de que las aportaciones anónimas son legales, no lo es menos que deben quedar registradas, ingresadas en una cuenta bancaria específica y a disposición del Tribunal de Cuentas.

Pero si tenemos en cuenta además que el artículo 4.C expresamente prohíbe las aportaciones anónimas de empresas que presten servicios o realicen obras o suministros para alguna Administración Pública, cómo puede permitirse “el 3 %” famoso. Es manifiesto que los partidos políticos con competencias de gestión pública son los que más dinero ingresan. Son legales las aportaciones anónimas pero no si vienen de empresas concesionarias de obras y servicios que es de donde proceden la mayoría de tales aportaciones.

Todo el mundo sabe que es una realidad lo del 3 % que Maragall, en una de sus más negras maragalladas sacó a relucir en una sesión plenaria del Parlament. Y acabó la Comisión Parlamentaria como lo hizo: sin hablar del 3 % que era su razón de existir.

¿Por qué ERC es la que más clama por una reforma de la ley de financiación de partidos? Porque con las ínfulas que le da ser partido bisagra y tener cierta notoriedad en los puestos de mando, no gestiona a penas presupuestos públicos, por lo que no recibe ningún 3 % de nadie y se encuentra por ello, en inferioridad de condiciones con respecto al resto de los partidos políticos con mando en plaza y a los que les da soporte legislativo. Pero a los otros partidos les perjudicaría y como por el artículo 9 de la misma ley, solo podrán resultar comprometidos por los Partidos Políticos hasta el 25 % de los ingresos procedentes de la financiación pública contemplada en los apartados b y c del artículo 2.1 -financiación pública- para el pago de anualidades de Amortización de operaciones de crédito, no pueden atender sus créditos, aunque les sobre el dinero.