Wednesday, June 28, 2006

¡Grande, Marlaska!

Fernando Grande-Marlaska es juez instructor de la Audiencia Nacional. Eso significa que es quien instruye las causas que le son asignadas. Como por ejemplo, las relativas a terrorismo, como así lo dispone la Ley Orgánica del Poder Judicial que determina que han de ser vistas en la Audiencia Nacional con exclusividad, porque es un juzgado especialista -experto- que no especial.

Instruir una causa es investigar, indagar o poner en claro lo que hay de cierto -o con apariencia de certeza- en tal causa, a fin de determinar si, de los indicios claros de delito que es lo que lleva a abrir un procedimiento, se desprende un presunto delito que deberá ser juzgado por un juez distinto del instructor, para evitar que de la investigación del caso -instrucción- el propio juez instructor pudiera quedar “contaminado” y su juicio fuera poco imparcial.

Un instructor, como Grande-Marlaska ha de tratar de esclarecer y aportar pruebas documentales, testimonios y evidencias para que la causa pueda, en su caso, ir a juicio.

En el caso de los empresarios vascos citados recientemente por el juez instructor Grande-Marlaska sobre el asunto de las cartas de extorsión de ETA -impuesto revolucionario- es su obligación tratar de descubrir si los empresarios cedieron a la extorsión y pagaron o, tal vez, amparados en una supuesta extorsión, colaboraron voluntariamente en la financiación de la banda terrorista.

La ley prohíbe ceder a la extorsión y si la sociedad quiere compadecerse de los extorsionados que acaban financiando las actividades terroristas de la banda que propongan una modificación de la ley en tal sentido. Y los jueces aplicarán la ley como haya salido de las Cortes Españolas.

Pero es que, según la prensa, dos empresarios navarros han donado dinero voluntariamente a ETA con tal que se destinara al proceso de paz. La pregunta que surge es quién decide el capítulo del proceso de paz al que se destinan tales fondos. ¿Los empresarios que han pagado con su mejor voluntad o los etarras que quieren subsistir hasta el fin de las negociaciones de paz? ¿Se invertirá el dinero en gastos de desplazamiento, manutención y alojamiento de los terroristas que participen en las conversaciones del proceso de paz o se invertirá en investigación, desarrollo e innovación del armamento del que por el momento ETA no se desprende? Para acometer el proceso de paz, ETA no ha dicho que vaya a dejar las armas; será porque piensan ponerlas sobre la mesa de negociación para mayor contundencia de sus argumentos ¿no? Pues en otro caso no se entiende que no dejen las armas antes de iniciar las conversaciones.

Xavier Arzallus reconoció ayer en su declaración ante el juez Grande-Marlaska que personas del PNV intermediaron entre empresarios extorsionados y ETA. No sé qué opinión tendrá Arzallus sobre tal mediación, pero lo que dijo a la prensa a su salida de la Audiencia Nacional no tiene desperdicio y nada que ver con el reconocimiento que le hizo al juez sobre la intervención del PNV con las cartas del impuesto revolucionario.

Dijo Xavier Arzallus -ya se nos habían olvidado sus alocuciones preñadas de animadversión- que podría haber llegado la hora de impugnar la Constitución y desobedecerla. Se queda uno perplejo ante exabruptos de semejante tamaño, venidos del que fue presidente del principal partido político de Euskadi.

Razón de más, entonces, para que el juez instructor deje claro si contribuciones dinerarias de empresarios vascos fueron forzadas o también las hubo voluntarias y enmascaradas en la extorsión generalizada.

Recordemos que a Mario Conde lo invistió doctor honoris causa una universidad española -mejor no recordar cuál fue- y ahora está en la cárcel por ladrón. También Luis Roldán parecía una bellísima persona y ahí está también por adueñarse del dinero ajeno. Los jueces instructores han de hacer su trabajo sin contaminar el ambiente y dejar luego que otro distinto juzgue la causa y aplique o no en sus conclusiones, auto o sentencia, las circunstancias sociales o marco político a que haya lugar. Cual es el proceso de paz hoy.

Tuesday, June 27, 2006

El gambito

Un gambito no es una gamba pequeña ni tan siquiera una quisquilla o un camarón. Se trata de un movimiento del ajedrez que consiste en sacrificar una pieza. ¿Me siguen?

El gambito se denomina aceptado o rehusado, según el contrincante caiga o no en la trampa, que de ahí viene su nombre, del italiano gambetto que significa celada, estratagema o trampa.

Al gambito político que nos concierne, en el que la pieza sacrificada ha sido Pasqual Maragall, quisiera dedicarle algunas consideraciones.

La primera es que tiene mucho mejor aspecto Maragall desde que tomó su decisión largamente madurada que antes de tomarla. La cosa es clara, pues cuando uno toma una decisión difícil, suele relajarse, aunque tal decisión no hubiera sido la suya predilecta. Y cuando dice largamente madurada, Maragall se refiere a cumplidamente procesada en cuanto a sus pros y contras para finalmente asumir una de las dos únicas alternativas posibles: me quedo o me largo y ahí os quedáis. Siendo la segunda la admitida.

Y siguiendo con el gambito, su finalidad está en la posibilidad de desplegar y ordenar todas las fuerzas de las que dispone el jugador. ¿Alguien ha dicho ZP? Aunque no suele ser normal sacrificar una dama para obtener un peón, sino todo lo contrario. Pero aquí se prefería a un peón como Montilla más que a una dama como Maragall, con perdón.

Montilla es un hombre del aparato del partido, todo lo contrario que Maragall. Pero Montilla no es un hombre de masas sino de gestionar comités. Y tal como se han puesto las cosas del idioma con el Estatut, Montilla va a perder mucha espontaneidad en el Parlament si ha de expresarse siempre en catalán. Y ésta no es una cuestión menor pues se trata del foro por antonomasia donde no todo se reduce a leer discursos sino todo lo contrario, como su propio nombre indica.

La idoneidad de Montilla está por ver. No se trata de procedencia únicamente aunque es relevante. No en vano en los EE.UU. el presidente ha de ser nacido allí.

El maquiavelismo del que ha sido víctima Maragall, como algunos denominan al gambito de marras, no ha finalizado con su renuncia. Tiene su continuidad en la campaña para las elecciones autonómicas. Así es: ZP se ha comprometido a colaborar con el PSC para que no haya ninguna duda de quién manda ahí. Y si el resultado de estas elecciones anticipadas, como es de prever no es muy distinto del 16 de noviembre de 2003 y CiU no obtiene la mayoría absoluta, la colaboración pública o privada, explícita o tácita entre CiU y PSC confirmará que el maquiavelismo existió para alejar a Maragall de la Generalitat, pues se mostraba dispuesto a renovar un tripartito que ha sido una calamidad a todos los niveles. Aunque a él le ha permitido ser President de la Generalitat, efímero desde luego, pero lo volvería a intentar. Y ya hemos comentado como el apoyo de nacionalistas perjudica a ZP, gran entusiasta de los gambitos aunque no sepa jugar al ajedrez.

Maquiavelismo, contubernio, gambito, celada, trampa son unos de los adjetivos que califican la política en general y la de este país en particular. El problema es que en Catalunya seguimos pensando que con el nuevo Estatut se han ampliado las cotas de autogobierno y aquí no hay más autogobierno que el de ZP. Eso sí, con la connivencia de CiU en la persona de Artur Mas quien, a la postre, ha hecho lo mismo que hizo Maragall, juntarse con cualquiera con tal de ser President de la Generalitat.

A Montilla nunca se le pasó por la cabeza ser President y menos, cuando recuerda su llegada a Catalunya, con su vida metida en una maleta de cartón atada con cuerdas. En el andén de la estación de Francia, recién apeado del sevillano y sin saber si debía ir en dirección al final del tren en el que venía o sobrepasar la máquina y salir a la calle de, por fin, Barcelona. Catalunya propicia el sueño español; no me cabe la menor duda. ¿Propiciará también el sueño magrebí?

Monday, June 26, 2006

¿Alguien del mundo político dice verdad?

Creo que no. Y ya va siendo hora de que los ciudadanos despertemos de nuestro letargo y arremetamos contra nuestros padres de la patria, pues son más bien, mantenidos de la patria. Y siempre fue indecoroso ser un/a mantenido/a.

Mienten también los profesionales −¿mercenarios?− del interpretar voluntades futuras, como Julián Santamaría Ossorio, catedrático de Ciencia Política en la UCM y presidente de Noxa Consulting, habitual colaborador de La Vanguardia en su incomprensible cruzada del SÍ. Insiste Santamaría Ossorio que en el pasado referéndum catalán, no hubo ni entusiasmo ni indiferencia. Sino todo lo contrario, añado. Dice Ossorio que si una participación del 50% no implica entusiasmo, por la misma regla de tres un 50% de abstención no implica indiferencia. Olvida a conciencia el experto estadístico que las afirmaciones anteriores no van de la una a la otra por una regla aritmética como la de tres, pues una afirmación potencia la otra. No hubo entusiasmo porque hubo indiferencia. Ossorio sigue manejando los datos a su voluntad.

Decía también Santamaría Ossorio en La Vanguardia del lunes 12 de junio que la participación rozaría el 60%. También ahí se equivocó y trata ahora de enmendarlo con un párvulo silogismo que trata de confundir al lector.

Perplejo estaba el establishment político catalán ante la abstención la noche del referéndum. Pero tiraron por el camino de en medio porque su audacia no tiene límites y chillaron al unísono los partidarios del SÍ que había sido un éxito. ¡Pero cómo un éxito, si más de la mitad del censo no fue si quiera a votar!

Pero insisten otros mentirosos contratados por los medios de comunicación que postularon por el SÍ que ya se sabe, que a los referéndum va poca gente a votar. ¡Qué cara tienen los tipos! Un referéndum como el catalán en el que debía ratificarse la ley básica de la… nación catalana? Después de dos años de dimes y diretes, tripartito y desmembración del Govern por esta causa y todo el establishment político y mediático bombardeando sobre la importancia de la decisión de la ciudadanía catalana soberana; y el Govern violando una y otra vez la ley con su campaña por el referéndum e incluso, en el último instante, un mensaje ilegal e impropio del President Maragall llamando a las urnas y ahora resulta que la abstención no cuenta. Que carece de significado. Ni los votos en blanco tampoco cuentan, pues ningún miembro del tal establishment lo propugnó. ¡Pero dónde está Dios!

Tanta fe tenían en el referéndum que a Maragall le dieron cuerda hasta el 18J. Si hubiera habido la participación que vaticinaba el propio Maragall, del 70% −maragallada al canto− se hubiera quedado como candidato a las elecciones anticipadas que tuvo que admitir, forzado por todas las fuerzas políticas, incluido su propio partido.

Pero con semejante abstención, mejor cambiamos al candidato, se decían en el PSC-PSOE y ponemos al Montilla que aunque charnego, mantiene la franquicia catalana del PSOE en un puño, la que llaman PSC. Así, perdidas ya de antemano las elecciones anticipadas al Parlament, como es habitual en el PSC, matamos dos pájaros de un tiro, piensan en el partido: a) Evitamos una trifulca interna, como en ERC, para elegir candidato. Y b) Experimentamos con un candidato de origen no catalán, típicamente charnego, a ver cómo se mueve el electorado afín.

La cosa es que, como sobretodo a los nuevos catalanes les sigue tirando su tierra, como es natural y loable, las elecciones autonómicas no se las creen y por eso no votan PSC. Y por si tenían dudas a cerca de la autonomía real de Catalunya, ha tenido que ser ZP quien haya tirado del carro del Estatut que de forma tan canija ha sido aprobado que no ratificado por la ciudadanía de Catalunya, pues no lo ha hecho más que en una tercera parte.

A ver si para una próxima consulta popular se establecen unos mínimos de participación, pues de haber votado un solo ciudadano de Catalunya en el referéndum, su voto, el único, hubiera decido el Estatut. Y también sería legal. ¡Ah! Y si ese voto único hubiera sido SÍ, sería “infinitamente” superior al NO. ¡País!

Friday, June 23, 2006

¡Maragall! ¡¡¡PUERTA!!!

Esto es en lo que se ha convertido la política española, el imperio de la partitocracia.

Efectivamente, son los partidos políticos y concretamente sus cúpulas quienes administran la política en España. Acabamos de vivir uno de sus más oscuros episodios, el derribo de Pasqual Maragall.

Por una parte, ni el tripartito catalán, con Maragall a la cabeza, estaba funcionando como es debido ni el tripartito español, con ZP a su cabeza permitía que la legislatura avanzara por una senda recta y concreta, pues las pírricas mayorías obtenidas en el Parlament y el Congreso de los Diputados, obligaban a “atender” las exigencias que no demandas ni menos súplicas, de los partidos marginales que aportaban el necesario complemento mayoritario.

Por otra parte, el PP que dicho sea de paso, suma casi tantos votos como todos los demás juntos, guste o no, ha atizado el fuego de la descalificación con el contundente argumento de que ZP está en brazos de las exigencias de los nacionalistas e independentistas y bebe sus vientos de ruptura de España. Este sólo argumento le ha restado mucha credibilidad a ZP en toda España y no puede seguir por esta senda que le hace quedar como un necio. Las elecciones generales están ya a la vuelta de la esquina.

A CiU que fue desbancada del Govern de la Generalitat por los trapis habidos entre PSC-PSOE y ERC −pues a ICV-EiA le dejaron entrar en el contubernio para que estuvieran todos, pues no aportaba nada, como se ha visto− se le llevaban los demonios y por ello no votó a favor de la investidura de ZP. Y se mantenía a la contra.

Cuando ZP se dio cuenta de que no podía seguir con los nacionalistas y que el Estatut del que él dijo −a tontas y a locas− que aprobaría lo que saliese del Parlament, vio su oportunidad cambiando de caballo a media carrera, echándose ahora en brazos de CiU, en la persona de Artur Mas, mientras Duran Lleida tocaba el violón en su sede central y dejando en la estacada a ERC fundamentalmente, pues el lenguaraz Carod-Rovira se lo ponía muy cuesta arriba.

Se desatoró el Estatut el 29 de septiembre, por obra y gracia de CiU que se mantenía a la defensiva, según puede verse en la foto de Maragall y Mas. Y se aprobó al día siguiente, el 30 de septiembre, entre abrazos y cava.

Pero se inició el trámite parlamentario en la Comisión Constitucional, donde Alfonso Guerra quería probar una nueva garlopa autonómica y no encontraba mas que clavos en la superficie a cepillar. Por fin, el sábado 21 de enero, se organiza una merendola en la Moncloa a la que sólo se ha invitado a Mas. Entre churros y tejeringos, bromas y veras, ZP y Mas urden un maquiavélico plan por el que el Estatut va a ser cepillado a demanda, Maragall no optará por la reelección y el próximo amigo del PSOE en el Congreso será CiU. Y si hay nuevo gobierno ZP, hasta les dará un ministerio que probablemente será el de Exteriores y recaerá sobre el violonchelista Durán que no en vano es presidente de la Comisión de Exteriores del Congreso y así se va ejercitando.

Maragall, a la vista de cómo ha quedado el Estatut de cepillado y lustroso como una patena a los ojos de España, aunque en nada se parece al de Miravet, como a Maragall le gusta llamar al del 30 de septiembre para que todos olviden que fue la oposición, CiU, quien lo desbloqueó, ha de destituir a los consellers de ERC del Govern, pues su partido finalmente se decide por la postulación del NO en el referéndum, pues las bases aprietan, como los zapatos y o te los cambias o no puedes caminar.

Y así se aprueba, mediante enclenque referéndum, el Estatut y Mas saca pechito. Y le recuerda a ZP que cumpla con su parte del plan. Éste habla con Montilla y le manda que sea cabeza de lista en las anticipadas elecciones a la Generalitat. Montilla le dice a ZP que bueno, que vale; pero que le diga a Jordi Sevilla que no vuelva a llamarle charnego que es expresión en desuso, pues la mayoría de los políticos catalanes que manejan el cotarro lo son, razón por la que no se ha incluido en el Estatut que el President ha de ser nacido en Catalunya, como en los EE.UU.

Y así se escribe la Historia. Los partidos mandan la vida política de este país que no los ciudadanos en quienes reside la soberanía, mientras éstos observan atónitos las performances de esos más que mediocres actores de la política.

Y Maragall, por una decisión largamente madurada, no volverá a presentarse candidato a la Generalitat. Mejor que se presente un charnego por lo visto. ¿Y por qué no un moro?

Thursday, June 15, 2006

Dónde estaba Dios o el Estatut del cinismo

Cuando el papa Benedicto XVI se pregunta dónde estaba Dios cuando los sucesos del campo de concentración nazi en Auschwitz, el gólgota del mundo moderno, como él mismo lo definió y como seguía diciendo “en un lugar como éste faltan las palabras; en el fondo sólo hay espacio para un silencio desamparado, un silencio que es un grito interior hacia Dios: Señor, ¿por qué callaste? ¿Por qué has podido tolerar todo esto?” todos podemos preguntarnos, por ejemplo, dónde estaba Dios cuando permitió al Parlament de Catalunya redactar un estatut de semejante calaña que afectará inexorablemente la vida de más de seis millones de ciudadanos de Catalunya, sean o no catalanes, como el domingo 18 de junio de 2006 salga un sí mayoritario. Mayoritario en el sentido de que lo pronuncie más del cincuenta por ciento del censo de Catalunya.

Pero también cabe preguntarse dónde está Dios cuando permite que los vividores de la política mientan como bellacos, diciendo lo que contiene el texto del nuevo Estatut, a sabiendas de que no es cierto lo que dicen. Qué hace Dios entonces. Por qué permite que se engañe así al pueblo llano. Por qué no envía un rayo celestial que fulmine al mentiroso de masas ingenuas.

Como decía estos días una voz autorizada, reflexionando sobre los avatares del nuevo Estatut: Saltaban de alegría, se abrazaban entre sí y brindaban con cava catalán -por supuesto, catalán- el 89’9% de los diputados del Parlament de Catalunya el 30 de septiembre. Y ahora, limpio como una patena, cepillado como lo ha hecho Alfonso Guerra; aprobado por mayoría ínfima en el Congreso de los Diputados y por menos del 50% en el Senado; sin competencias ni dinero extra para seguir malgastando, siguen saltando sobre un solo pié, de la alegría por esta mierda de Estatut que quieren que refrendemos el domingo, porque, además de mentirosos e incompetentes, son unos cínicos.

En efecto, el cinismo y la desvergüenza de estos políticos catalanes que apoyan el Estatut no tiene parangón en la historia de este país. Únicamente buscan su perpetuación como vividores del nacionalismo que les va a permitir hurgar y rebuscar en las fórmulas de entender el ADN del idioma catalán para seguir amamantándose de la teta administrativa de la Generalitat. Son auténticos parásitos de la sociedad que han hallado en la política una forma de subsistir sin dar cuentas a nadie, pues el Parlament son ellos mismos e instrumentar un sistema de partidos que no permita la entrada de extraños y sigan las cúpulas de estos engendros manejando los hilos de la política, los presupuestos del Estado, las subvenciones públicas, las prebendas de estos chapuceros de la política y los treses por ciento que sumados hacen el treinta por ciento, más cerca de la realidad corrupta que el tres por ciento que tímidamente apuntó Maragall.

Y el colmo del impudor lo representa Artur Mas, heredero digital directo de Jordi Pujol, porque así lo designó él, porque su federación de partidos CiU, en los veintitantos años de gobierno monocolor de la Generalitat, consiguieron con astucia, elevar el presupuesto de la propia Generalitat de cero pesetas en 1979 a 30.000 millones de euros en 2006. Y ahora, este mismo tipejo, el Mas, con tal de volver a la poltrona del gobierno y no pedir más créditos a la banca para subsistir, dice que sí, que aquel estatuto de 1979 que ellos desarrollaron brillantemente, aunque también podía haberse hecho con mayor eficacia, es mejor cambiarlo por esta bazofia que nos han propuesto, mintiendo descarada y descarnadamente en los medios de comunicación, diciendo, como hoy mismo, a primera hora de la mañana, en Catalunya Radio que el Estatut dice que Catalunya es una nación y que ha sido a probado por la mayoría de las Cortes Españolas, sabiendo que es mentira.

Y así es, en efecto y Artur Mas lo sabe bien, pues el preámbulo del Estatut lo que dice es: “El Parlamento de Cataluña, recogiendo el sentimiento y la voluntad de la ciudadanía de Cataluña, ha definido de forma ampliamente mayoritaria a Cataluña como nación.” ¿Y cuándo, además, el Parlament de Catalunya ha pedido a la ciudadanía que muestre su sentimiento en tal sentido? ¡Nunca! Eso ha sido otra tergiversación de nuestros representantes políticos que han querido interesadamente confundir la parte con el todo, actuando como siempre, de espaldas al ciudadano que le elige y paga su sueldo y sus gastos.

Pues ya puestos a confundir que el cielo los confunda y se pregunten ellos entonces, dónde estaba Dios cuando les confundieron, que yo votaré NO.