El voto basura de ERC al Estatut

Por circunstancias que no hacen al caso, he estado blog-inactivo durante casi un mes, pero las últimas revelaciones sobre la postura de los independentistas republicanos de Catalunya no pueden pasar desapercibidas a nadie medianamente avisado.

La cúpula de ERC, Carod-Rovira y Puigcercós a la cabeza, para que nadie se espante, han decidido patrocinar el voto nulo político (?!) Me dejan perplejo; pasmao, como decía Alfonso Guerra cuando tenía dientes.

¿Pero qué clase de broma es ésta? Si no fuera porque es tan lastimosa esta realidad, sería para morirse de la risa. Pero no lleva a la hilaridad la propuesta de voto al referéndum sobre el Estatut que promueve la cúpula de ERC que no sus vástagos que abogan por el no. Es la antidemocracia y, en cualquier caso, el antisistema y el desprecio a la consulta popular.

Efectivamente, el voto nulo, aquel que se deposita en la urna y no sirve a ninguna de las opciones posibles, ha sido el que se ha producido por error en votantes de bien. Así, tal vez han introducido más de una papeleta en el sobre de votación; se han producido tachaduras o enmiendas en la papeleta o; simplemente han introducido por error el tiquete de recogida de la lavandería.

Los que premeditada y deliberadamente han introducido en alguna ocasión un voto nulo en el sobre de votación son los que han intentado boicotear las elecciones o referéndum, desde el anonimato. Tirando la piedra y escondiendo la mano, como si dijéramos. Han escrito consignas en las papeletas; palabras malsonantes o; simplemente han utilizado la papeleta como papel higiénico antes de la votación. Todo ello constituye el voto nulo. Lo de político lo ha añadido la cúpula de ERC para confundir a la opinión pública. Para engañar a sus votantes y hacerles creer que con ponerle apellido al voto nulo, se crean que es una opción válida. ¡Y no lo es! Por eso se llama voto nulo, porque no sirve para nada. Es tirar a la basura la opción cívica de participar en el acto supremo de la democracia, cual es la acción de votar (siempre que la ley electoral sea plenamente democrática que no es el caso español, porque no hay listas abiertas por ejemplo).

Porque emitir un voto nulo no es una opción democrática. Podrá ser una opción legítima en el sentido de que a nadie se le va a prohibir, entre otras cosas porque el voto es secreto. Es la potestad de obrar por reflexión y elección, pero no entra en el juego de la democracia. La democracia no es que cada uno haga lo que le venga en gana, sino someterse a la voluntad de la mayoría, respetando al mismo tiempo la de la minoría. Pero no imponiendo la de la minoría sobre la de la mayoría como ahora sucede con el tripartito catalán. Y votar nulo no es dar la cara y optar por una de las alternativas posibles. Votar nulo es menos que nada.

Pero la decisión de ERC es más grave que eso. Agazapados cobardemente tras la mentira de no querer potenciar el voto negativo del PP, la realidad es que Carod-Rovira ha pactado con Pasqual Maragall que si ERC postula por el voto negativo, los echará del tripartito.

Y Carod-Rovira le ha creído. Quizás Maragall ha colmado su vaso de desagravios del tripartido con el nombramiento del conseller Vendrell, azote republicano y actor de la extorsión de ERC a los funcionarios no patrocinadores del partido y, ante tanta indignidad como está aguantando Maragall por jubilarse de President de la Generalitat, quizás ha pensado que tanta humillación y oprobio le avergüenza ante sus nietos y está dispuesto a descabalgar a ERC del burro tripartito catalán y perder, obviamente su apoyo y por tanto la poltrona de President. Y así, Carod-Rovira patrocina la campaña del voto basura. Como decía alguien en un sms enviado a un programa de debate político de TV: "Sólo basta ver cómo se visten para comprender que nada les importa la imagen de Catalunya".

ERC no se ha conformado con el nombramiento de Vendrell como una afrenta a toda la ciudadanía de Catalunya (un tipejo que está siendo investigado por la Fiscalía por extorsión porque firmó las cartas que todos hemos visto) sino que a las dos semanas nos propone una actuación antisistema en la votación del referéndum. ¡Qué vergüenza!

El CPE o Contrat Première Embauche

Los medios de comunicación no siempre informan de las cosas como son en realidad sino, con mucha frecuencia, de una parte de las cosas. ¿De cuál? Pues depende del propio cronista, la línea editorial del medio, su tendencia política, etc. A veces hablan del rábano recreándose únicamente en el color de sus hojas.

En las últimas semanas, se informa mucho sobre las algarabías en Francia en contra de su primer ministro Dominique de Villepin y su ley sobre el contrato del primer empleo o CPE. La cosa no es exactamente así, pues no existe tal ley.

En efecto, el CPE está contenido en la Ley n° 2006-396 de 31 marzo 2006 para la igualdad de oportunidades, aprobada por la Asamblea Nacional Francesa por 329 votos a favor y 159 en contra. Una proporción (67%) muy superior a la conseguida por el Estatut el día anterior en el Congreso de los Diputados, en Madrid.

En el Título I de la referida ley para la igualdad de oportunidades, en las Medidas en favor de la educación, del empleo y del desarrollo económico, Sección II, Empleo y Formación, artículo 8 y siguientes, se establecen una serie de modificaciones del Código de Trabajo, de Francia, para que los menores de 26 años puedan acceder a un “contrato de primer empleo”. Tal contrato que ha de establecerse por escrito, requiere de una serie de circunstancia para la empresa que contrata, de forma que no pueda abusar de esta medida que se ha establecido para facilitar el primer empleo.

Se trata de un contrato indefinido pero con la circunstancia negativa para el empleado de que el período de prueba puede fijarse hasta de 24 meses. Y éste es el meollo de la cuestión. No se trata de que Villepin se haya sacado de la manga un contrato basura para los jóvenes, sino de una ley aprobada muy mayoritariamente por la Asamblea de Francia y que, entre sus múltiples medidas para fomentar la igualdad de oportunidades, está la del primer empleo.

Tal vez, los jóvenes radicales franceses y los sindicatos de asalariados pretendan que Villepin proponga una ley que obligue a los empresarios a contratar indefinidamente a todos los jóvenes menores de 26 años que no han trabajado nunca, pero ello no es posible en un país en democracia.

Al final, quienes han de contratar a los jóvenes, los empresarios, necesitan saber que a esos empleados a los que van a proporcionarles su primer empleo que no tienen por tanto, experiencia laboral ninguna y no se sabe el rendimiento que son capaces de aportar, no van a ser una carga indefinida para sus empresas. ¿Realmente alguien sigue pensando que si un trabajador es bueno en lo suyo va a ser despedido arbitrariamente por la empresa? Mantener tal afirmación es demagógico.

Pero los franceses se han acostumbrado a que su Administración les saque las castañas del fuego en todo y quieren seguir muñendo la vaca. Sabido es que la administración francesa es una de las mejores del mundo occidental, todo y con ser tan centralista, hasta el extremo que los departamentos responden a una numeración administrativa, al margen de su nombre histórico.

Por poner un ejemplo deportivo, la Federación Francesa de Rugby es plenipotenciaria en todo el país. No existen federaciones regionales -o departamentales- sino “comités” regionales de la FFR. Las entradas para los partidos las vende la FFR, aunque físicamente las vendan en las taquillas de los estadios y posteriormente y a través de los comités regionales, los clubes liquidan con la FFR.

Las últimas revueltas estudiantiles y sindicales en Francia responden a un malestar general, focalizado en esta ocasión en el CPE que resolvería gran parte del paro juvenil. También el no del referéndum al proyecto de constitución europea fue una respuesta global y negativa al gobierno, más que una negación a Europa. Pero así son las cosas, aunque nos la expliquen los medios a medias.