Friday, September 30, 2005

El Estatut de la lechera

Había una vez unos parlamentarios en Cataluña que no querían -o no sabían- trabajar en aquello para lo que habían sido elegidos por el pueblo soberano y se entretuvieron en redactar un estatut de autonomía al estilo de la carta a los Reyes Magos.

Después de más de un año y medio de dimes y diretes entre ellos mismos, pues cada uno quería hacer incluir aquello que se le venía a la cabeza, por fin se pusieron una fecha límite para acabar con la carta magna, porque ellos mismos fueron ya conscientes del ridículo que estaban haciendo y entre retrasos, carreras, tiras y aflojas de última hora para ver quién salía finalmente en la foto por haberse hecho imprescindible, llegaron al acuerdo.

Finalmente, completan el estatut a gusto de todos, menos de un grupo rancio y trasnochado que teme que en el país vaya a cambiarse el régimen.

Y en el estatut establecen que son una nación, la cual cosa será lo diga o no un estatut, aunque si lo dice, las connotaciones jurídicas que se derivan de ello tienen consecuencias presentes y futuras muy del desagrado del resto de España, ya sea por su anticonstitucionalidad intrínseca o extrínseca. Que serán dueños de los impuestos del estado y le darán a éste lo que les venga bien, en plan solidario y altruista con el resto de los españoles. Que tendrán representación directa y personal en las instituciones extranjeras, sobre aquellas cuestiones de las que tienen las competencias plenas. Que dictarán la política de inmigración, para así dejar entrar en Europa a todos los sin papeles. Que la enseñanza pública será laica pero el que quiera religión la tendrá.

Y así van configurando un estatut mientras se hacen un plan de futuro, también llamado película, de lo que están consiguiendo en aras de dar un salto cualitativo e histórico en el camino hacia el autogobierno y la independencia que solo ellos quieren y no la inmensa ciudadanía de Cataluña.

Cada uno de los parlamentarios piensa que está pasando a la Historia y en cómo va a repercutir en su vida todo ello. Notoriedad, poder, dinero, BMW todo terreo, casa pareada, comer caliente, tocar la guitarra y hablar en inglés.

Entonces, el president de su cámara o parlament que durante este proceso se ha puesto orondo, lleva la jarra de leche del estatut a Madrid, a la cámara de allá o Congreso de los Diputados, a fin de comenzar el proceso de aprobación que de vía libre a la película que se han forjado en estos casi dos años, posteriores a la miseria económica que aportan las pancartas, la oposición y, en definitiva, la nada productiva, pues lo que se dice crear riqueza para el país, no lo han hecho en su vida.

Y en las Cortes, el primero que va a ver el estatut será el presidente de su Comisión Parlamentaria, el ínclito Alfonso Guerra que ya ha advertido que de lo de nación, nada de nada. Y lo de recaudar los impuestos y darle al estado la parte que Cataluña decida, ni en sueños; con el respaldo de Rodríguez Zapatero, pues una cosa es decir que aprobarás el estatut que salga del Parlament cuando estás convecido de que no habrás de tomar nunca tal decisión y otra aceptar que los impuestos los cobre la agencia tributaria catalana y te devuelva la torna.

Total, el estatut roto y la leche derramada; mi gozo en un pozo. Se ha desmoronado como un castillo de naipes, pues no tenía base ninguna ni soporte ciudadano, por mucho que lo haya votado el casi 90 % del Parlament. Pero es que ni siquiera fue bonito el sueño mientras duró, pues los insultos y sinsabores que ello provocó durante su gestación entre todos los parlamentarios, tal vez se hubieran borrado con el parto, como a la madre los dolores cuando por fin sostiene entre sus brazos a la criatura recién parida, pero cuando te devuelven el estatut como llegó, arrojado a la cara de los insensatos, acabaremos por pagarlo todos, como siempre. ¡Y mira que te lo dije!

Thursday, September 29, 2005

El Estatut a la luz

Ahora estamos viendo por fin, la cara oculta del Estatut y la defensa y ataque que hacen los partidos políticos a su articulado.

Efectivamente, ahora, gracias a la retransmisión en directo del debate desde el Parlament, estamos asistiendo al descarado intento de imposición de la ideología de los partidos minoritarios, como ERC que obtuvo el 16,4 % de los votos en las últimas elecciones y ICV-EA con el 7,26 % frente al 76,3 % restante. Entre los dos no llegan ni a la cuarta parte (23,71 %) de los diputados del Parlament y están poniendo el país bocabajo al haber conminado al PSC, franquicia catalana del PSOE, al redactado de un nuevo Estatut que como es sabido ya, es del todo innecesario. Pero Maragall quería ser President de la Generalitat y lo está pagando con creces y descrédito personal, como el resto de parlamentarios.

Ahora estamos viendo como los dos partidos catalanes minoritarios, con el apoyo necesario del PSC, están abogando por una constitución de Cataluña que no un Estatut como nos han estado diciendo que están preconizando sin sonrojo alguno, a sabiendas que no va a ser aceptada por el resto de España; léase Congreso de los Diputados. Y entonces, seguirán con su rol de víctimas por sentirse marginados e incomprendidos de España. Cataluña no es mayoritariamente separatista ni mucho menos, sino todo lo contrario.

En efecto, la redundancia de muchos de los capítulos del borrador del Estatut que ahora se debate, con leyes de rango superior, tal como la Constitución Española, en lo que hace referencia, por ejemplo a los derechos de los ciudadanos de Cataluña, razón por la que el PPC o la propia CiU no quieren que se contenga en el Estatut, es reconocido por ERC y ICV-EA como de necesaria inclusión para perfeccionar una constitución para Cataluña que es lo que persiguen. Y la más rancia demagogia de estos partidos les lleva a preguntar a CiU y al PPC si es que tales partidos no quieren tales derechos para los catalanes, desoyendo que tal reconocimiento de derechos se encuentra ya incluido en otra norma y es mal asunto que también eso hubiera de ser corregido por la Comisión Constitucional, presidida por Alfonso Guerra, quien se ha manifestado ya en tal sentido.

Y estos dos partidos tan minoritarios se arrogan la representación de la mayoría del pueblo de Cataluña que, no es que no esté interesada en una constitución catalana ni siquiera en un nuevo Estatut y menos, alejarse de España, de la que se sienten integrantes (“somos una región española” dicen la mayoría) sino que expresamente manifiestan su voluntad de seguir en España, a la que pertenecen.

Les auguro el fracaso político más estrepitoso, en el Parlament o en el Congreso de los Diputados y deseo que les sirva a todos ellos de lección y se produzca una renovación de líderes políticos de los que no tengamos que avergonzarnos cuando salimos de Cataluña, ya sea en el resto de España como en el extranjero.

Y si mañana se aprueba el nuevo Estatut en el Parlament, no habrá, en el mejor de los casos nuevo Estatut para Cataluña, antes de un año. Y veremos entonces qué mejoras aporta en relación al actual. Son unos auténticos chapuceros incompetentes. Pero acabaremos por pagarlo todos, de una u otra forma.

Monday, September 26, 2005

El Estatut de la Moncloa

Cuando, hace muchos años ya, me estaba haciendo a la vida profesional, al acabar la universidad, un destacado directivo de la empresa me enseñó que en todas las circunstancias, hay que atender a lo que tiene de bueno lo que dice tu interlocutor, a fin de enriquecer el diálogo, la discusión o la negociación, con las aportaciones de todas las partes. Y ciertamente fue un buen consejo que me ha sido de gran utilidad a lo largo de toda mi vida. También eso me ha llevado a la incomprensión de algunos cuando me han observado atendiendo a determinados discursos de personas específicas, diciéndome que no entendían como podía escuchar aquello. La respuesta es fácil, si no le escuchas cómo vas a criticarle luego; si no sabes lo que dice cómo vas a contradecirle, si es ese el caso. No puede juzgarse el discurso de nadie si no ha sido previamente escuchado (o leído) y rechazarlo por el solo hecho de que responda a una ideología genérica opuesta o contraria a la nuestra no es muy inteligente.

Pues eso es lo que me ha ocurrido hoy al leer el artículo de opinión de Jorge Fernández Díaz, destacado dirigente del PP, en relación a la intervención de Zapatero, en la zapatiesta de los políticos catalanes con la redacción del nuevo Estatut, tratando de arrimar el ascua a su sardina electoral que no buscando el consenso entre todos ellos.

Como es sabido, Artur Mas acudió días pasados a la llamada de Rodríguez Zapatero, para emplazarlo a la concordia. Y el pasado jueves 22 de septiembre, se reunieron ellos dos con Maragall en la Moncloa, para que dejaran de pelearse, como en el colegio. Y dice Fernández Díaz “Pero al fin, ha llegado el despropósito hasta tal extremo de que el presidente Zapatero ha tenido que intervenir in extremis para reconducir el proceso y permitir que el nuevo Estatut llegue al menos al Congreso de los Diputados, aunque ahí deba ser profundamente modificado para adecuarlo a la Constitución y al interés general de España (Jordi Sevilla dixit)." A parte del de que del Fernández Díaz, el tipo ha metido el puño en la llaga, mal que nos pese a los que no comulgamos con las ideas de su formación política. Pero no lo ha dejado ahí, porque ha escrito también "¡Qué tiempos aquellos en que esta intervención de Madrid hubiera sido descalificada por extemporánea y sucursalista!¿Dónde están Carod, Puigcercós y Tardà, que no los oigo? ¿En qué posición queda el PSC, obligado a aceptar el concierto exigido por CIU contrariando lo que ha sido su posición política en todo este proceso estatutario? ¿Votarán los diputados del PSC en el Congreso contra lo que el PSC va a votar en el Parlament...? "¡Cosas veredes, amigo Sancho...!". ¡Carod, Maragall y Mas yendo como fieles súbditos a negociar en la Moncloa el Estatut que se puede votar en el Parlament!".

Qué vergüenza más ignominiosa que nuestros líderes políticos catalanes actúen de forma que propicien escribir a Jorge Fernández Díaz, insigne representante del partido de la derecha más rancia de España, un artículo semejante, cargado de razón que apostilla en forma demoledora “En 1932, con la República, tuvimos el Estatut de Núria. En 1979, con la Constitución, tuvimos el Estatut de Sau. Ahora, en el 2005, con ERC en el poder, con el PSC a los pies de los caballos y con el PSOE desgarrado (Bono, Ibarra, Alonso, López Aguilar, Sevilla, Guerra...), ¡quién nos iba a decir que tendríamos el Estatut de Rodríguez Zapatero, el Estatut de la Moncloa!."

Hoy, el Molt Honorable President del Parlament de Catalunya, senyor Ernest Benach, se permite decir en una entrevista de radio con Antoni Bassas que el actual Estatut está agotado y que no sirve ya para ordenar el día a día de Catalunya ni en sus relaciones con el Estado. Menudo ignorante, aunque no es de extrañar, pues no es que carezca de estudios sobre legislación y constitucionalismo, es que no tiene estudios; razón por la que trata el Estatut de Sau como una longaniza de la que van haciéndose rodajas a lo largo del tiempo hasta que se agota. Desconociendo, pongamos por caso que la constitución de Estados Unidos es del 14 de mayo de 1787, tiene siete artículos, escritos a mano en cuatro folios y sigue vigente. Con las 27 enmiendas que los norteamericanos han querido darse (la última, de compensación de miembros del Congreso, de 1992), por supuesto, pero la ley no se agota por su uso como una bolsa de pienso compuesto.

Es mentira que sea necesario un estatuto nuevo. El actual es mejorable, como todo en esta vida y si lo que se precisa es un nuevo modelo de financiación para que nuestros administradores sigan derrochando y mal gestionando nuestros impuestos, puede convenirse con el Estado otra fórmula, sin necesidad de que el Congreso de los Diputados pueda verse en la necesidad de devolver el proyecto de nuevo Estatut (el de la Moncloa ¡uf!) al Parlament o simplemente lo desvistan.

Por otra parte, el borrador del nuevo Estatut tiene más de 200 artículos y está tan pormenorizados muchos de los aspectos de los que trata que, más que un marco de actuación que es lo que ha de ser un estatuto de autonomía, es casi el reglamento que desarrolla una ley. Eso sí, de sistema de listas abiertas en las elecciones, auténtico paradigma de la democracia, de eso nada. A seguir con los privilegios y la disciplina de partido, lo que convierte a los militantes de los partidos políticos en perrillos falderos de sus ejecutivas para que los incluyan en las listas electorales.

Hemos empezado la casa por el tejado, cuando lo que se debía haber hecho es levantar el tejado que da la Constitución y luego proponer las mejoras del Estatut a que haya lugar. Y mientras, acordar un nuevo sistema de financiación, para lo que no es preciso en absoluto, redactar un Estatut nuevo. ¡Y mucho menos en la Moncloa!

Monday, September 19, 2005

El Estatut de la discordia

Ciertamente no se parece mucho el ambiente existente estos días entre los partidos políticos catalanes dominantes, en la estéril redacción del nuevo Estatut y la concordancia que había entre ellos mismos en 1979 para el redactado del Estatut, cuando todos fueron conscientes de la necesidad de convenir unas normas que regulasen las relaciones entre la administración del estado y Cataluña, en las que se reconocieran una serie de derechos que habían sido abolidos por los ganadores de la guerra civil que no fueron otros que los propios rebeldes que la iniciaron, al levantarse en armas contra la república democráticamente constituida y provocar un millón de muertos. Y el hecho de que la república tuviera problemas, como los tienen los países democráticos por su condición de democráticos, nunca pudo justificar su existencia el eufemísticamente denominado alzamiento nacional.

Los partidos del arco parlamentario catalán están dando un lamentable espectáculo, diciendo Maragall, pongamos por caso que como no se apruebe el Estatut, Cataluña se lo demandará a los que voten no. ¿Quizás Maragall no sepa que solo les preocupa el Estatut al 0,4 % de los catalanes? Carod-Rovira se desmarca de sus socios de gobierno y mayoría parlamentaria, para negociar solo con CiU, no sea cosa que al final se queden fuera. Y Saura, entregado al PSC en cuerpo y alma, llamando a todos a la unidad y la concordia..., pero sin argumentos, no sea que haya elecciones anticipadas y vuelva a donde estaba, tras una pancarta verde.

En 1979 los partidos catalanes eran conscientes de la imperiosa necesidad de un Estatut y se pusieron de acuerdo y negociaron entre ellos. Y finalmente, en un plazo más que razonable de tiempo lo consiguieron.

En aquellos días no existía el Parlament de Catalunya, por lo que los diputados catalanes se constituyeron en Asamblea de Parlamentarios y una comisión de 20 miembros elaboró un proyecto que fue posteriormente tratado y negociado entre todas las fuerzas políticas de Cataluña, pudiendo cada una de ellas hacer sus aportaciones de acuerdo a su ideología política y entre todas negociaron el documento final. Tal documento fue a su vez negociado con el Estado y resultó un marco de actuación consensuado y aceptado por todos: partidos catalanes y Estado.

Ese Estatut que sigue vigente y actual después de 26 años, se ha ido interpretando en ese tiempo y ha dado a Cataluña una capacidad legislativa muy superior a la que tienen los landers alemanes, por ejemplo. Y ha dado también una buena capacidad de autogobierno que es sin duda muy mejorable, pero que puede hacerse también dentro de ese propio marco de actuación que el Estatut de 1979 establece. Y para mejorar el sistema de financiación de Cataluña no es preciso un nuevo Estatut.

¿Cuál es ahora el problema entonces? Que un nuevo estatuto no es necesario.

En efecto, no hay necesidad de redactar un nuevo estatuto. En todo caso, mejorar el actual que ha dado unas competencias para el autogobierno de Cataluña que fueron impensables en 1979. Ahora se trata de una cuestión puramente electoralista de algunos partidos catalanes; inicialmente ERC y PSC a continuación. Entre otras cosas, porque ERC, como formación política es incapaz de aportar los elementos necesarios para gestionar la política catalana, pues salvo algunos de sus mandatarios que eran alcaldes de algunas poblaciones, como Tura, no tenían experiencia alguna de gestión ni gobierno de nada. Empezando por el propio presidente del partido, Carod-Rovira quien únicamente ha trabajado como profesor en la Escuela Universitaria de Tarragona (1976-1982) y luego en la Generalitat por razón de ser de ERC y licenciado en Filología Catalana, pero sin mando ni responsabilidad sobre una cuenta de resultados. O el presidente del Parlament, Ernest Benach que tiene por todo currículum académico y profesional ser funcionario de la Generalitat y cuatro años, del 1995 al 1999 consejero y directivo sin capacidad ejecutiva alguna, de diversas empresas municipales, como consecuencia directa de ser concejal de Reus; actualmente es presidente y consejero delegado del Hospital de Sant Joan de Reus, de SAM, de Gestió Comarcal Hospitalària SA y de Gestió de Serveis Funeraris de Reus SA, suponemos que en excedencia, claro. O Josep Bargalló, conseller primer, cuya única experiencia de gestión en su vida son los dos años que fue director del Instituto de Bachillerato Pons d'Icart, de Tarragona (1985-1987). ¿Y a qué han de dedicarse estas personas cuando llegan a la política con responsabilidad sobre los administrados? A lo único que saben, a las proclamas, como cuando se limitaba su acción política a las manis.

Inicialmente se empezó a hablar de cambiar la Constitución para subir el techo del autogobierno y más tarde se enteraron que para ello se precisaba el voto favorable del PP que no está por la labor. Así que se decantaron por la redacción de un nuevo estatuto que les reportara beneficios electorales y así perpetuarse en el mando en plaza. No olvidemos que Carod lo consiguió después de las elecciones y, por su propia incompetencia como político, en cuanto se quedó de amo por las vacaciones del presidente Maragall que se fue del país, justo tras la formación de gobierno, Carod se reunió en Francia dejando Cataluña sin jefe, con unos que le dijeron que eran etarras. Y fue despedido, claro. Pero quiere recuperar su empleo y sueldo.

Y a eso se sumaron los otros dos partidos que, con ERC forman el tripartito, tanto en el gobierno de la Generalitat como en el ayuntamiento de Barcelona: ICV-EUiA que tiene escaso peso específico por sí solo, con bases tan en desuso como los comunistas y el PSC, filial o franquicia del PSOE en Cataluña, con Maragall a la cabeza que está supeditado a la voluntad de los otros dos partidos, fundamentalmente de ERC, para poder mantenerse en el gobierno. Y CiU que no se quiere quedar atrás, no sea cosa que al final las cañas se le vuelvan lanzas; pero está claro que actúa sin mucho entusiasmo de cara a que prospere el proyecto y más parece que lo torpedea.

Ya se han olvidado los derechos históricos y el blindaje de competencias. Ya solo interesa el dinero… y luego nos quejamos los catalanes porque nos llamen peseteros. ¡Ah! De listas abiertas en las elecciones no se ha hablado ni una sola vez, lo que prueba que estos politiquillos más piensan en mantener el momio y sus prebendas que en la democracia de Cataluña.

Y ese es el lamentable motivo del desgaste de energías y esfuerzo de los políticos catalanes. Y mientras tanto, la casa sin barrer…, no solo Barcelona; el desgobierno de la Generalitat es flagrante y la sanidad sigue sin tener la voluntad de una gestión eficaz y la línea de alta tensión no llegará al tren de alta velocidad, pues tampoco está muy claro aún por dónde debe pasar en Cataluña. El problema de la vivienda se acrecienta y nuestros escolares son cada vez más analfabetos. Si yo tuviera una escoba…

Monday, September 12, 2005

Día nacional de Catalunya: actos oficiales del 11-S

Después de los dimes y diretes con Jordi Pujol provocados por la consellera Tura que, dicho sea de paso, no sé qué asesor de imagen le ha aconsejado que sea glamorosa y hable siempre en tono intimista, como Jesús Quintero en El loco de la colina, aunque se trate de una rueda de prensa para informar de la instalación de los radares o los sucesos de Berga; los codos en la mesa y con las manos aguantándose la cabeza, se acerca a los micrófonos y nos cuenta al oído las decisiones de su departamento o cualquier otra cosa. Pues que después de decir que las celebraciones del día nacional de Catalunya del gobierno de CiU no habían tenido dignidad institucional, lo que provocó el rehúse de Jordi Pujol a asistir este año a la celebración oficial, desconociendo que era el Parlament quien organizaba tal celebración, incluso bajo la presidencia de Raventós, del PSC, va i organiza la Tura un acto oficial que no está presidido por la bandera nacional.

Por lo visto, la novedad que lo fue, era el nuevo arreglo sinfónico de Els segadors, himno nacional de Catalunya i la Tura olvidó o mejor dicho, no sabe que todos los actos oficiales ha de presidirlos la bandera.

La juventud, incluida la consellera Tura, cree en muchas ocasiones que la vida ha comenzado con la suya y carecen de cualquier perspectiva histórica, fundamental para elaborar una opinión. En los colegios ya no se enseña historia, ni amañada ni neutral ni geografía ni tantas otras materias que hacían de nosotros, los ya casi sexagenarios y de nuestros antecesores, personas medianamente cultas. Y si tenías la suerte de ir a un colegio de enseñanza libre como yo mismo, a parte de enseñarte muchas otras cosas que en los oficiales no te enseñaban, debías examinarte a final de curso de toda la materia, pues al ser libre, la única evaluación sobre los conocimientos adquiridos durante el curso la debían realizar los institutos oficiales, únicos organismos “capacitados” para valorar nuestros conocimientos, por lo que había que aprendérselo todo y bien, pues en un solo examen a final de curso te lo jugabas todo al no haber exámenes parciales liberatorios, pues la escuela libre no tenía autorización para ello. De tal suerte que si te sabías el bachillerato de aquella época, podías considerarte una persona culta.

Tampoco va la juventud ahora a la mili ni falta que les hace a la mayoría de los jóvenes, pero se pierden la ocasión muchos que lo necesitan, de conocer en primera persona lo que es la disciplina, elemento indispensable, como tantos otros, para andar por la vida, la empresa, la familia, el barrio y la ciudad. Así como tampoco enseña nadie la estima que se debe a la bandera. Quizás algunos recuerden todavía que el acto de la jura de la bandera era lo más importante del servicio militar y mientras uno no juraba bandera no era un soldado sino un recluta o caloyo.

En efecto, la consellera Tura no sabe lo que la bandera representa, pues era una nena cuando en la época franquista entonar El cant de la senyera era motivo de severos altercados de orden público y muchos acabaron en la cárcel por ello. Y puesto que ahora, desde la democracia, es legítimo que la bandera de Catalunya presida edificios oficiales, celebraciones deportivas y cosas así, desconoce su auténtico simbolismo que no es otro que la señal por excelencia de la representación de una nación, una ciudad o una institución; como ella la ha visto siempre, le parece que es lo normal, pero a muchos nos sigue sorprendiendo que sea normal.

Y así, va la consellera Tura y organiza los actos oficiales de la celebración de la Diada Nacional de Catalunya, con la bandera plegada, sobre una mesa. Inaudito. Y al final de los actos, más ecuménicos que propiamente nacionales de Catalunya, con una canción Mallorquina, flamenco y L’emigrant, supongo que para dar por la banda a las plataformas de soporte a la inmigración indiscriminada y merecedora de todos los derechos de los ciudadanos catalanes y ninguna de sus obligaciones, como la de contribuir en la medida de sus posibilidades a sufragar los costes de los servicios públicos, organiza como digo, todos los actos, con la bandera plegada sobre una mesa.

Y no es que a la bandera no se la haya considerado, pues se convino que fuera precisamente la del ayuntamiento de Sant Boi, por todo lo que simboliza la recuperación del día nacional de Catalunya y la solicitud del estatut que se volvió a reivindicar en Sant Boi por primera vez, después de la guerra civil. De tal suerte que, con todo protocolo, la alcaldesa de Sant Boi, Monserrat Gibert, hizo entrega de su bandera a los presidentes de la Generalitat, Pasqual Maragall y del Parlament, Ernest Benach y éstos a su vez, la entregaron a los mossos de escuadra para que la izaran. Pero no lo hicieron, tal y como les había sido ordenado por la consellera Tura que es su jefe máximo y la dejaron doblada sobre una mesa.

No hubo parlamentos, solo evocaciones musicales como queda apuntado más arriba. Y al final, la orquesta toca Els segadors en su nueva orquestación, en tono mayor para que parezca un himno nacional y no una melodía sentimental, al tiempo que se iza la bandera. Y acabado el himno y la izada de la bandera, se da por concluido el acto y se marcha todo el mundo. Como si la presencia de la bandera de Catalunya hubiera sido como la visita indeseada que ahuyenta a todos los invitados.

Lo suyo, si la consellera Tura tuviese perspectiva histórica y supiese lo que significa una bandera nacional, es que los mossos la hubieran izado en el momento de serles entregada con tal fin, al son del himno nacional y así, la bandera de Catalunya hubiera presidido los actos de la fiesta nacional que es lo suyo.

Y hubiera sido un detalle, acabar los actos con El cant de la senyera, otrora himno de Catalunya que hubiese quedado muy bien y respetuoso en el día de la nación catalana i hubiese honrado particularmente a la bandera aportada por Sant Boi.

Por cuanto antecede, propongo que a la consellera Tura se le quiten cinco puntos de su carnet de conducir actos oficiales porque no tiene ni idea y la retirada temporal de dicho carnet. El de conducir vehículos a motor no se le puede retirar, como hace ella a sus conciudadanos, por el simple motivo que ella no tiene carnet de conducir ¡Vaya paradoja!

Friday, September 09, 2005

La Europa cívica

Estas vacaciones he tenido por fin, la oportunidad de asistir al Festival de Música Salzburgo. Ha sido un auténtico privilegio.

Hice el periplo en coche, por aquello de andar a mi aire, sin las imposiciones de las compañías aéreas de bajo coste y gran pérdida de tiempo añadiría, a demás de masificación, pérdida de identidad y equipajes, abusos en los horarios, personal no cualificado y todas cuantas acepciones negativas se asocian al caso.

Ciertamente, he tenido la sensación de estar en Europa; la Europa central civilizada y culta, con sentido del civismo, pasando por Berna, capital de Suiza, de camino a Salzburgo por Innsbruck y vuelta por el norte de Italia: Florencia y Pisa; Costa Azul y vuelta a casa.

El Festival de Música de Salzburgo es un evento social de élite mundial, algo así como el contrapunto de nuestro turismo de Barcelona. Puesto que hay funciones a todas horas del día, es fácil ver por la calle de buena mañana, a damas y caballeros de tiros largos que es la forma correcta de asistir a los conciertos y nadie se extraña por ello. Es grotesco y grosero por lo desconsiderado, asistir a una función cuyos actores y ejecutantes llevan meses ensayando y preparando con esmero la representación o el concierto o ambas cosas a la vez, como la ópera, para agradar al público y que éste se presente en camiseta, bermudas caídas y chancletas. Eso se tolera en Barcelona porque el Ayuntamiento desplazó de la gestión del Liceo, pongamos por caso, a sus propietarios. Y los ediles del tripartito gobernante, desconocen tal tradición, carecen de urbanidad y educación y no saben cómo comportarse en una situación tal, porque la mayoría de ellos han empezado a “comer caliente” al acceder a sus poltronas municipales.

La verdad es que no se ve por Salzburgo mucho turismo de camiseta sin mangas para lucir los tatoos, bermudas caídos y chancletas. Tampoco hay emigración deambulante y desatendida porque la que hay tiene papeles o no entra en el país y puesto que no hay gratuidad de servicios ni para los propios nacionales, no van de otros países a ver qué rascan. Y los que tienen papeles se comportan con el respeto debido a su tierra de acogida, como corresponde e imitan a los nativos que son respetuosos con su ciudad, por tradición, educación, urbanidad y porque así lo imponen las normas que ellos mismos se han dado libremente.

Cuando alguien desatiende sus obligaciones ciudadanas, como sacar la basura en Berna el día que toca, habiendo previamente fijado en la bolsa la etiqueta que acredita haber pagado por el servicio de recogida de basuras 1,40 FS (casi 1 €) por una bolsa de 35 litros, los vecinos que advierten el incidente avisan a la policía ¡y ésta acude! Y toma cartas en el asunto y al vecino infractor se le quitan las ganas de intentarlo de nuevo cuando se le aplican las normas al respecto.

Volviendo a Salzburgo; en los teatros de conciertos no hay control de entrada. Los empleados se limitan a indicarte el asiento asignado, si se les solicita. Durante el entreacto, puede salirse hasta la calle, para tomar el fresco y a nadie le “marcan” la salida, pues no va a haber sinvergüenzas ni listillos que intenten colarse. Entre otras cosas, porque están todas las entradas vendidas y al que se colase lo freirían con la aplicación de la ley. A más libertad corresponde mayor autoridad que significa hacer cumplir las normas a los incívicos que se las saltan.

A los vándalos, como los reventadores de las fiestas de Gracia, los meten en la cárcel hasta averiguar lo sucedido y depurar las responsabilidades a que haya lugar. Y luego no se permite una manifestación pidiendo libertad para los gamberros porque es apología del terrorismo urbano de baja intensidad.

No veo por qué hemos de imitar la “cultura” de los Estados Unidos que siempre hemos considerado incultura y no abrazamos la de nuestro entorno europeo, de mucho más arraigo y urbanidad que viene de urbe: ciudad. Y saber cómo ha de conducirse uno y comportarse en la ciudad por contraposición al silvestre, inculto, agreste y rústico. Que por lo visto, es lo que se lleva ahora. Pues prefiero la educación y la urbanidad y exijo a las autoridades que la hagan cumplir… cuando consigan entender de lo que estamos hablando, claro.

Ah, los conciertos fueron magníficos. En el Festspielhäuser asistí a la ópera Cosí fan tute, de Mozart, con puesta en escena de Ursel Herrmann y Karl-Ernst Herrmann, absolutamente moderna y excelente. Por cierto que el papel de Dorabella, segunda soprano, estuvo interpretado soberbiamente por la española Maite Beaumont, nacida en Pamplona. Aquí nadie se ha enterado, por lo visto. Como cuando descubrimos a nuestro tenor Plácido Domingo, cuando cantó La Marsellesa en la toma de posesión de Miterran. Si no nos avisan de fuera, no sabemos a quienes tenemos por ahí cantando que no dando el cante; eso lo reservamos para nuestros ediles.